El pasado viernes se celebró en Miranda de Ebro la segunda jornada del Petroleorock dedicada a los sonidos de Euskal Herria. Bajo un sol de justicia, abrieron fuego los locales Akal y kanto, para dejar paso a Une, que defendieron su propuesta con mucha entrega ante un campo de futbol prácticamente vacío. El público iba entrando poco a poco en el recinto y la música punk se adueñaba de la tarde mirandesa a cargo del trío Stupenda Jones y Txapelpunk, con Iñigito montando su particular show. Llegaría el turno de Hesian que, con su hardcore melódico con toques de ska, pusieron a botar al escaso público congregado, para dar paso al rock mas elegante de Gatibu. En una de sus pocas incursiones en el Estado, consiguieron conectar con el público, mayoritariamente vasco. Betagarri cogió el relevo de la banda vizcaina para inundar de ska con letras combativas el campo del casco viejo; pura fiesta. Tras la tempestad llega la calma, pero este no fue el caso, pues los arrasatearras Des-kontrol descargaron toda su furia punk oi con temas propios y gran cantidad de versiones para deleite de sus seguidores.

Anochecía sobre Miranda cuando hacían acto de presencia sobre el escenario Txarrenak, proyecto del carismático Enrique Villareal «El Drogas». Sonaron temas, en la gran mayoría de su antiguo disco, donde destacaron títulos como «Empujo paki», «Lobo Feroz» o la versión «Frío». Once de la noche y llegó el turno de Ekon, sobre un escenario decorado con pantallas luminosas y alguna que otra llamarada. Ofrecieron un concierto demoledor, siendo para mucha gente una de las sorpresas del festival. Se acercaba el final, pero todavía quedaban los platos fuertes del cartel. El primero fue Berri Txarrak, una vez más impresionantes, con un Gorka muy activo, perfectamente acompañado por un gran David al bajo. Creo que pocas personas se acordaron de Rubio, tal vez se echan de menos sus melenas al viento. Llegaba el turno de Koma, la banda liderada por Brigi, una auténtica bestia del escenario, que sonó como una verdadera apisonadora metálica, donde destacaron esos grandes clásicos como «Mi jefe», «Aquí huele como que han fumao» o «Sakeo», de su último disco. Daban las cuatro de la madrugada y el público estaba dispuesto a gastar sus últimas fuerzas con Etsaiak, que ofrecieron una actuación muy directa sin apenas descansos y consiguieron hacernos olvidar el mal sabor de boca que nos dejaron en el Hatortxu. Dieron por terminada la segunda jornada del Petroleorock, donde destacó, como en la mayoría de festivales, la poca afluencia de público: unas 2000 personas.