Un equipo de catorce jóvenes dirigido por el arqueólogo Brice Ephrem de la universidad de Burdeos ha realizado nuevas excavaciones en la fábrica de salazón descubierta en la localidad costera y que data del Alto Imperio Romano. Dicho trabajo ha dado su fruto, ya que, se han encontrado varios restos de espinas de peces e incluso un gran hueso que probablemente pertenezca a una ballena. En estos momentos se están llevando a cabo los análisis en el laboratorio de Burdeos para determinar las especies a los que pertenecen estos huesos. Los resultados se darán a conocer dentro de un año. Se supone que la mayor parte del pescado que se salaba en Getaria era atún, lo que se podrá confirmar con los estudios.

También se han descubierto el mismo tipo de restos que se pudieron encontrar durante las excavaciones que se llevaron a cabo durante los veranos de 2004 y 2008 en las primeros dos barreños que se encuentran todavía en pie. Han aparecido también restos de alfarería y ánforas de diferentes orígenes.

Este tipo de fábricas de salazón eran muy comunes en la época romana. En la costa atlántica se conocen dos hoy en día, la primera en el norte del Estado francés y la otra en el sur de Portugal. En el Mediterráneo eran aún más comunes. Los barreños de Getaria muestran una forma de construcción diferente al resto de las fábricas encontradas de la época. El alcalde de la localidad Albert Larrousset explica así la diferencia: «Los romanos hacían sus construcciones con los materiales que encontraban a sus alrededores y la piedra de aquí es muy dura, así que tuvieron que cambiar su forma de construir».

Los barreños de las fábricas de salazón encontrados en otros lugares están construidos con piedra. El problema vino de la piedra que se encuentra a los alrededores de la localidad, ya que debido a su dureza se rompe al tratar de trabajarla. El método de construcción difirió de lo normal, primero encofraron el lugar y después lo rellenaron con trozos de piedra y cal. El fondo se constituyó con cerámica y cemento.

Descubierto en 1984

El primer descubrimiento tuvo lugar en 1984 y vino de la mano del jefe de estación de tren de la época, Maurice Chansac. La fábrica de salazón se encuentra al lado de la estación, Chasac descubrió en su jardín los barreños de la fábrica, así como restos de objetos de alfarería antigua. Cuatro años más tarde, cuando se llevaban a cabo las obras para situar un poste, se descubrió una lápida funeraria del alto imperio romano, lo que convirtió a Getaria en un verdadero yacimiento.

La fábrica estuvo en funcionamiento entre los años 10 y 60 después de Cristo. En su origen contenía ocho barreños de los cuales sólo quedan tres, ya que, el resto fue destruido durante la construcción de la vía férrea. No se conoce la razón por la cual se utilizó durante tan poco tiempo aunque puede estar relacionado con un gran oleaje que tuvo lugar en la zona de Portugal en esa época. Antes de dejar el lugar cubrieron toda la construcción con tierra y restos que se han encontrado en las excavaciones.

Getaria es un emplazamiento muy adecuado para instalar este tipo de actividades porque se encuentra al lado del mar y hay un pequeño río que pasa por aquí. No se sabe exactamente de dónde procedía la sal que se utilizaba para salar el pescado, pero se supone que probablemente vendría de las minas de sal que se sitúan en Baiona y sus alrededores como son Mugerre o Beskoitze.