GARA > Idatzia > > Euskal Herria

Análisis | Negociación de los presupuestos de la CAV

López y Basagoiti abren el baile de las cuentas bien acompasados

 Después de que el lehendakari le nombrara oficialmente «socio preferente», el PP necesita ahora aparecer como «elaborador» del proyecto

p012_f02_74062.jpg

Txisko FERNÁNDEZ

El pacto «blindado» que mantienen PSOE y PP ante la situación política en Euskal Herria es la base en la que se gestará el acuerdo que permitirá al Ejecutivo de Patxi López aprobar el proyecto de presupuestos de la CAV sin ningún sobresalto parlamentario.

Ni la necesidad de afrontar la crisis económica con medidas extraordinarias y urgentes ni la impopular tarea de proceder al recorte de las cuentas públicas marcarán el más que previsible acuerdo final entre PSE y PP para aprobar el proyecto de presupuestos de la CAV para el próximo año. El desarrollo de las negociaciones que comienzan esta mañana, con la reunión que Patxi López y Antonio Basagoiti mantendrán en Lehendakaritza, seguirá un guión en el que no hay sitio para el suspense. Ambos partidos iniciarán este baile con todos los pasos muy bien aprendidos y siguiendo el compás marcado por el acuerdo que abrió el camino a López para llegar a Ajuria Enea.

Ese acuerdo tiene su precedente en el pacto que PP y PSOE suscribieron en diciembre de 2000 -al que denominaron «Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo»- y no en la resaca postelectoral del pasado 1 de marzo. Fue entonces cuando las dos grandes formaciones españolas diseñaron la estrategia que, vía Ley de Partidos, ha dado lugar a un Parlamento de Gasteiz diseñado a su medida, como ocurre en el de Iruñea con la única diferencia de la traslación de las siglas del PP en las de UPN.

El efecto de la ilegalización de la izquierda abertzale ha dado como resultado una Cámara en la que la fórmula PSE-PP es suficiente para aplicar el rodillo de la mayoría absoluta sin perder más tiempo del programado previamente para aprobar los proyectos legislativos de mayor peso político y social.

En sus primeros cien días de gobierno, Patxi López no ha necesitado demostrar que cuenta con esa mayoría parlamentaria que, en ocasiones, cuestionan los dirigentes del PNV con el fin de recordar a la ciudadanía que es el grupo que ocupa más escaños. Y no lo ha necesitado por el simple hecho de que el Ejecutivo no ha presentado ningún proyecto de ley.

Pese a todo, la crisis marcará el proceso de debate, dentro y fuera de la Cámara, de los presupuestos entre los representantes de PSE y PP. Los dirigidos por Basagoiti no tienen ningún apuro al asumir que esta negociación es más una cuestión de formas que de fondo. Por ello, tras la reunión preparatoria que mantuvieron ayer, fuentes de ese partido indicaron que pondrán sobre la mesa la «exigencia» de que el PP aparezca como un agente «elaborador», y no meramente negociador, del proyecto presupuestario. Cuestión de imagen que viene marcada por las necesidades políticas de ese partido y nada tiene que ver con las necesidades reales de la ciudadanía.

Esa exigencia no debería molestar lo más mínimo al lehendakari, ya que con motivo de sus primeros cien días en Ajuria Enea, el 14 de agosto, él mismo aclaró ante la opinión pública que el PP es el «socio preferente» de su Gobierno y que el pacto entre ambos partidos está «blindado» y, además, «aislado» de la permanente bronca política que protagonizan en Madrid, donde el PP se siente acosado «como en una dictadura» por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y el PSOE considera que Mariano Rajoy vive instalado en la «paranoia» por denunciar el supuesto espionaje.

Ante la oferta de estabilidad institucional y presupuestaria del PNV, el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, comentó que «la música suena bien» pero, tras el encuentro con los jeltzales para conocer también el espíritu y la letra de esa propuesta, fue girando desde la desconfianza hasta el rechazo. La iniciativa del partido de Iñigo Urkullu ha tenido un breve recorrido mediático, aunque es de esperar que vuelva a la palestra con el inicio del curso y, especialmente, durante la tramitación parlamentaria del borrador de los presupuestos.

El PSE no sólo ha presentado al PP como su pareja preferida en este baile, sino que además ha decidido responsabilizar al último Ejecutivo de Juan José Ibarretxe de todo lo que no pueda hacerse en los próximos meses para impulsar medidas que amortigüen el impacto de la crisis económica. Los jeltzales pueden mostrarse molestos por esas acusaciones, pero en ningún caso sorprendidos. A mediados de febrero, el entonces coordinador electoral del PSE, Rodolfo Ares, ya se expresó con claridad al presentar a Patxi López como la garantía «de progreso, de estabilidad y de cohesión del país» frente a «la mala gestión, el despilfarro y la corrupción» de los gobiernos presididos por el PNV. Ahora, López ha precisado que ese «despilfarro» fue galopante en la última etapa, cifrando en un 70% del total presupuestario la cantidad ejecutada por sus predecesores durante los primeros cuatro meses de este año.

No obstante, el equipo negociador de López tendrá que reservar un espacio al diálogo con todos los grupos de la Cámara, incluido el del PNV, con el que consensuó tantos presupuestos en aquel periodo de «mala gestión» y «corrupción».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo