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Crónica | Txupinazo de Berriozar

El kiliki lanzó el txupin sin «polémicas interesadas»

Con el lanzamiento del txupinazo de Berriozar se pone fin a un mes de polémicas, para muchos «interesadas», suscitadas en torno al comienzo de las fiestas. La izquierda abertzale era la encargada de lanzar el cohete y la excusa perfecta para intervenir.

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Izaro ARBILLA

A las 18.00 el kiliki negro de la comparsa de gigantes y cabezudos, en representación de una veintena de colectivos del pueblo, lanzaba el txupinazo desde la plaza Eguzki, que se llenó de ikurriñas para dar comienzo a las fiestas. Hora y media antes, UPN, PSN y CDN daban inicio a las fiestas de modo alternativo, como habían anunciado, junto al monumento Puerta de la Libertad y de la mano del denominado colectivo Vecinos de Paz.

El alcalde, Xabier Lasa (Nafarroa Bai), había hecho un llamamiento a sus conciudadanos para no caer en provocaciones y para disfrutar del inicio de las fiestas con tranquilidad. Y así ocurrió, aunque en el acceso a Berriozar la tensión y la falta de normalidad era palpable. Principalmente, por la presencia de las fuerzas policiales: la Guardia Civil daba la «bienvenida» con un control, y las furgonetas de la Policía Foral no se situaban demasiado lejos.

En la plaza Eguzki la cosa estaba mucho más sosegada, a pesar de la numerosa presencia de medios de comunicación en el kiosko, todos ellos arremolinados en torno al cabezudo negro, el primer edil y Fermín Irigoien, el miembro de la izquierda abertzale que debía haberse encargado del lanzamiento del txupin y que se ha visto en medio de la polémica con motivo de la actitud de UPN, PSN y CDN. Finalmente, el cohete vo-ló sobre la plaza y con él estalló la fiesta.

Unos festejos que, como todos los años, prometen, a pesar de la polémica generada por aquellos que, hora y media antes, dijeron colocarse el pañuelo «de la mano de la libertad y de la democracia» y volvieron a censurar al alcalde. A su juicio, la decisión última de conceder el lanzamientro del txupin a un kiliki supone «una burla» y un gesto que pretende «disfrazar la realidad».

De hecho, UPN ha tomado la decisión de no participar en los actos oficiales de las fiestas de este año -el PSN decidió faltar únicamente al txupinazo-. Al respecto de esta reacción, Lasa denunció que estos partidos utilicen «algo tan importante como es una víctima» para sacar rentabilidad política.

Un ajetreado mes

Todo comenzó cuando Xabier Lasa daba la noticia de que la izquierda abertzale, tal y como estaba acordado en la Junta de Portavoces, sería la responsable de dar comienzo a las fiestas de la localidad. Le correspondía por derecho, al ser la tercera fuerza política en el municipio. La polémica estaba servida, ya que parecía obvio que UPN y PSN seguirían haciendo «política» para retirar a la izquierda abertzale su legitimidad.

En un pleno extraordinario que despertó gran expectación mediática, esos dos partidos, junto a CDN, presentaron una moción para que el alcalde desistiera de otorgar el txupinazo a los independentistas. Los argumentos presentados venían escritos de antemano, de forma que se pudieron escuchar frases como que «el brazo político de ETA no puede lanzar el txupinazo». Ante esto, los representantes independentistas defendieron la «legitimidad que el pueblo de Berriozar nos otorgó en las elecciones».

Tanto la izquierda abertzale como NaBai coincidieron en tachar la polémica de «desmedida» y contruída desde «intereses políticos al margen de Berriozar». Xabier Lasa quiso dejar claro que no es la única polémica «interesada» que se vive en la localidad y que todo viene a raíz de los resultados cosechados en las urnas.

Finalmente, y tras un mes calentito, llegó la hora de decidir, por ser el pueblo el primer interesado en saber quién daría inicio a las fiestas. El pasado martes, el primer edil informó de que el cohete no sería lanzado finalmente por un representante de la izquierda independentista, sino por varios colectivos populares. Una decisión que, según admitió, fue consensuada con la fuerza que fue objeto del veto de UPN, PSN y CDN.

Lasa explicó las razones para ello y marcó tres criterios a la hora de tomar la decisión: el primero, el acuerdo municipal; el segundo, el intento de dar cumplimiento a la moción; y el tercero, anteponer el bien común a los interés personales. Además, incidió en que la figura del cabezudo pone en entredicho lo absurdo de toda la polémica artificial que se ha generado en todas estas semanas.

La izquierda abertzale, por su parte, expresó su firme deseo de dar al pueblo todo el protagonismo del txupinazo y las fiestas. Algo que es realidad desde ayer a las seis de la tarde.

 

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