Persecución a la solidaridad con los presos
Ares pide que «no nos enredemos en cuestiones legales» sobre las fotos
El consejero de Interior, Rodolfo Ares, defendió ayer ante el Parlamento de Gasteiz su convicción de que la Ley de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas del Terrorismo e incluso el Código Penal amparan las actuaciones de la Ertzaintza para retirar fotos de presos, pero, en cualquier caso, pidió a los partidos que «no nos enredemos en cuestiones legales», puesto que entiende que esto es «una batalla que ganaremos» contra «una minoría fanatizada».
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
El consejero de Interior, Rodolfo Ares, compareció ayer ante la comisión correspondiente del Parlamento de Gasteiz para informar, a solicitud de Aralar, de la instrucción de retirar fotos de personas presas y también para dar cuenta, a petición propia, de la carga de la Ertzaintza en fiestas de Gernika que el propio Ayuntamiento consideró «desproporcionada». Además dio cuenta también de lo ocurrido en Lekeitio el «Día de Gansos».
Con tono grave y gesto serio, Ares defendió la actuación de su Departamento y de la Ertzaintza y consideró «irresponsable y tremendamente injusta» cualquier crítica que se pueda hacer a su labor en este terreno. Y añadió, en lo que evidentemente era una acusación velada a sus detractores, que el objetivo es «acabar con la falsa normalidad que algunos defienden de mirar para otro lado para evitar problemas y excitar a la bestia».
En su intervención, el consejero dedicó mucho más tiempo a dar cuenta de sus posicionamientos políticos que a explicar la base legal de los mismos. Sirva como ejemplo del tono empleado su «primera puntualización» al portavoz de Aralar: «La Ertzaintza no ha retirado fotografías de personas presas como usted sostiene, ha retirado fotografías de personas imputadas y condenadas por asesinatos y otros delitos terroristas».
Según Rodolfo Ares, su actuación se basa en el artículo 4 de la Ley de Víctimas que llama a las instituciones a «actuar de manera especial contra pintadas y carteles» que «entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares, exaltación del terrorismo, homenaje o concesión pública de distinciones a los terroristas». A esto se sumaría el artículo 578 del Código Penal que condena «el enaltecimiento o la justificación por cualquier medio de expresión pública o difusión de los delitos de terrorismo o de quienes hayan participado en su ejecución, o la realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares». Después, quiso hacer pasar por órdenes judiciales las emitidas por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
A lo largo del verano, como señaló el portavoz del PNV, Mikel Martínez, ha habido un debate entre expertos sobre si la exhibición de fotografías de presos entraría o no en esos supuestos legales. Y el parlamentario de Aralar, Mikel Basabe, recordó que una foto se puede portar o colocar para pedir el acercamiento de los presos, su amnistía o para recordar que están a 700 ó 1.000 kilómetros de casa.
Previendo estos argumentos, Rodolfo Ares ya había introducido en su discurso un pasaje muy significativo: «No nos enredemos en cuestiones legales. Señor Basabe, no nos vamos a dejar engañar. Quienes colocan esas fotografías en puntos bien visibles de lugares públicos lo hacen, sin duda, con la intención de homenajear a los terroristas que han cometido horrendos crímenes».
«Eficacia es que no nos cansaremos»
Otro de los debates fue el referido a la eficacia de la actuación de Interior, puesto que varios de los intervinientes dijeron haber visto este año más fotografías de presos que nunca. Ares les espetó que «la eficacia no es quitar los carteles, porque al día siguiente aparecen colocados más. La eficacia es que sepan que no nos vamos a cansar».
Éste fue otro de los mensajes que Rodolfo Ares repitió a lo largo de su comparecencia de ayer: «Ésta es una batalla que ganaremos. Algunos quieren que desistamos, que nos cansemos, pero se equivocan. No nos cansaremos».
Según aseguró ayer el consejero de Interior ante el Parlamento, «existen numerosas órdenes de los jueces de la Fiscalía de la Audiencia Nacional instando la retirada de esas fotografías». La figura de «jueces de la Fiscalía» se la inventó ayer Rodolfo Ares.
El portavoz del PNV en la comisión, Mikel Martínez, tachó de «fracaso total» la estrategia impulsada por el Gobierno de Patxi López y subrayó que «las acciones emprendidas por el Departamento de Interior no han conseguido ninguno de los objetivos que pretendían: ni el de eficacia, ni el de proporcionalidad, ni el de legalidad, ni el de coherencia». Martínez denunció al mismo tiempo que la «campaña de marketing», además de retirar carteles, pretendía extender el mensaje de que este Ejecutivo actúa donde no lo hacía el anterior.
También los representantes de Aralar -Mikel Basabe- y de EA -Jesús María Larrazabal- criticaron que Interior considere ilegal cualquier cartel o imagen relativa a los presos, al tiempo que señalaron que no creen que haya ley que ampare ese tipo de intervenciones. PP y PSE defendieron sin matices la actuación del Departamento y de la Ertzaintza.
El consejero de Interior mostró ayer cierta fijación por relacionar a GARA con «los salvajes que protagonizaron los incidentes de Lekeitio» o presentar declaraciones de testigos recabadas por este diario como un intento de justificar lo ocurrido.
Un grupo de vecinos ha convocado para mañana, a las 13.00, una manifestación silenciosa con el lema «Utzi bakean Lekeitio», que pretende denunciar las informaciones de parte y tendenciosas que se han dado sobre lo ocurrido.
La AN ha citado para el miércoles a trabajadores del bar Marruma de Donostia por no retirar fotos y a miembros de Txori Barrote por una denuncia de 2008. También han sido denunciados establecimientos de Tafalla y Etxarri-Aranatz.
El consejero de Interior, Rodolfo Ares, felicitó ayer a los agentes de la Ertzaintza por «la profesionalidad y la proporcionalidad que demostraron» en la carga del 16 de agosto en fiestas de Gernika. Como balance de aquella intervención presentó la existencia de nueve agentes «contusionados» y cuatro detenidos. Ares obvió en todo momento hacer mención a que también una veintena de vecinos resultaron heridos por la intervención policial.
Cuando desde la oposición le intentaron hacer ver el enfado que se palpaba en Gernika tras la intervención de sus agentes, que derivó en una manifestación de más de 2.000 personas al día siguiente y en que el Ayuntamiento denunciara la «desproporción» de la carga policial, Rodolfo Ares se escudó constantemente en preguntar a sus interpelantes «qué debía hacer la Ertzaintza, ¿incumplir la ley?» y en plantearles si debían «cerrar los ojos para que quienes justifican y amparan la violencia campen a sus anchas por nuestras calles y se adueñen de nuestros espacios festivos». Insistió en que «los únicos responsables de los incidentes fueron los radicales abertzales, que una vez más desafiaron a la Policía y a la legalidad».
Para apoyar su versión de los hechos, el consejero de Interior empleó una presentación informática, en la que sobre unas fotos aéreas de Gernika fue explicando con flechas de distintos colores los movimientos que efectuaron las dotaciones de la Ertzaintza y los manifestantes. El portavoz del PNV le sugirió que podía haber puesto también puntos blancos con los cientos de personas que, ajenas a los hechos, se vieron afectadas por la carga policial. Ares «lamentó» las «molestias provocadas», pero pidió que se eduque a la ciudadanía en que los responsables son «los radicales abertzales». Además, se empeñó en hablar de una marcha prohibida, cuando lo que había en Gernika era un «triki-poteo» al que se habían sumado 25 bares. I.I.
El Departamento de Interior ha cambiado su versión sobre el inicio de los incidentes de Lekeitio. Según afirmó en un primer momento, todo comenzó cuando «un grupo de personas se concentró frente a la subcomisaría de la Ertzaintza, donde comenzaron a increpar e insultar a los ertzainas, a quienes lanzaron además piedras, botellas y otros objetos». Otra versión, que también tenía por fuente al Gobierno, añadía que eran «alrededor de doscientas personas, la mayoría encapuchadas». Y el propio consejero habló de una operación para «reventar de manera violenta una noche pacífica».
Sin embargo, la versión ofrecida ayer en el Parlamento ya no habla de un ataque deliberado al puesto de la Ertzaintza. Alega que tras la detención de una persona «en aparente estado de embriaguez» que insultó y agredió a los agentes, «jóvenes que se encontraban en las proximidades (muchos de los cuales habían ingerido alcohol en grandes cantidades y sin duda algunos de ellos del entorno radical) comienzan a su vez a lanzar objetos contundentes contra los agentes». A partir de ahí, dijo que «se originan unos disturbios de carácter `radical-político' que se multiplican por la ingesta de alcohol y la gran cantidad de jóvenes en la zona, unos del entorno radical y otros que actuando como una `masa' se suman a la `fiesta'». Así, Ares habló de «mezcla de `katxiborroka' y `manguiborroka'», puesto que hubo robos en dos establecimientos atacados.
Además, durante su intervención de ayer, el consejero de Interior quiso mezclar con los incidentes una detención previa por violencia de género, que según la nota de prensa del pasado martes era totalmente independiente de estos hechos. Mezclar los datos le sirvió para preguntar retóricamente «a aquellos que sembraron el terror, si es que están en contra de que nuestra Policía combata la violencia de genero». I.I.