El movimiento pro-amnistía dio a conocer ayer que el preso político vasco Asier Arzallus fue maltratado por gendarmes franceses en un traslado al hospital el pasado 14 de agosto.

Según denunciaron, el prisionero donostiarra fue conducido al centro de salud con las manos esposadas a la espalda y los ojos tapados. En el trayecto le apretaron las esposas constantemente tirándole hacia arriba. Incluso uno de los agentes llegó a ponerse encima de él mientras el otro le agarraba del cuello y la cabeza. Arzallus permaneció también esposado durante la consulta médica. Los presos políticos encarcelados en Avignon denunciaron el «odio» y las «ganas de venganza» contra los vascos que existe en esta prisión.

Por otro lado, los prisioneros vascos encarcelados en Fleury están realizando chapeos los días 18 de cada mes en denuncia de la desaparición de Jon Anza.