El Juzgado de Instrucción número 2 de la localidad burgalesa de Villarcayo condenó ayer a los 29 activistas de Greenpeace que se encadenaron a las puertas de la central nuclear de Garoña el 20 de noviembre del pasado año. La multa total es de 6.090 euros por una falta de desobediencia.

Según la sentencia, ha quedado probado que el 20 de noviembre de 2008, los ecologistas denunciados se concentraron ante Santa María de Garoña, donde procedieron a impedir el acceso a las instalaciones.

La condena establece una multa de 210 euros para cada uno de los activistas que participaron en la movilización, que se inició de madrugada y finalizó por la tarde con el desalojo efectuado por la Guardia Civil.

Por su parte, Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace, aseguró que la sentencia será recurrida porque se trató de una acción pacífica.