Barack Obama encabeza el recuerdo del octavo aniversario de los ataques del 11-S
Barack Obama homenajeó ayer, por primera vez como presidente de Estados Unidos, a las víctimas que fallecieron en los atentados del 11 de setiembre de 2001. En su comparecencia en el Pentágono, donde acompañó a los familiares de las 184 personas que murieron en ese lugar, aseguró que «no titubearemos en la persecución de Al-Qaeda». Los actos de conmemoración y homenaje se sucedieron en diferentes puntos del país.
GARA
«Vamos a mantener nuestra determinación contra aquéllos que llevaron a cabo este acto deplorable», manifestó ayer el presidente estadounidense, Barack Obama, en el homenaje tributado a las víctimas del 11-S, primero en el que participa Obama desde que llegó a la Casa Blanca. Además, remarcó que EEUU «nunca titubeará en la persecución de Al-Qaeda y sus aliados extremistas».
El mandatario, que guardó un minuto de silencio en la Casa Blanca coincidiendo con el impacto del primer avión contra el World Trade Center, asistió después a otro acto conmemorativo que tuvo lugar en el Pentágono, donde se recordó a las 184 personas que perdieron la vida en ese lugar, hace 8 años.
En un día lluvioso y desapacible, Obama, que declaró la jornada «Día Nacional del Servicio y el Recuerdo», instó a evocar en el aniversario el «verdadero espíritu de ese día».
«Ésta puede ser la mejor lección de este día, el mayor rechazo a quienes nos atacaron, el mayor tributo a quienes nos fueron arrebatados: que ese sentimiento de servicio no sea un momento pasajero. Puede ser una virtud duradera», apuntó el presidente.
En la ceremonia, Barack Obama y su esposa, Michelle, en presencia de cerca de 500 participantes, depositaron una corona de flores en el área del Pentágono que recuerda a las 184 víctimas del atentado contra el Departamento de Defensa.
Al concluir la ofrenda, el presidente y la primera dama, junto al secretario de Defensa, Robert Gates, se reunieron con los familiares de las víctimas del ataque contra el Pentágono.
Zona Cero
Barack Obama comenzó la jornada rememorando los atentados que mataron a casi 3.000 personas con un minuto de silencio en los jardines de la Casa Blanca. Eran exactamente las 8.46 de la mañana.
Simultáneamente, otro minuto de silencio tuvo lugar en el solar que ocupaban las Torres Gemelas, en un acto en el que participó su vicepresidente, Joseph Biden. Al concluir ese minuto de silencio, Joe Biden depositó una corona de flores en e ese lugar.
Poco después, las iglesias y edificios de culto neoyorquinos hicieron repicar sus campanas al unísono, acto que precedió a la lectura de los 2.752 nombres de las personas que murieron como consecuencia de aquellos atentados, y en la que también en la que participó el vicepresidente Biden.
«Mientras nuestros corazones se vuelven hacia aquellos a los que perdimos, también recordamos a todos los que espontáneamente ayudaron a quienes pudieron y como pudieron», apuntó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
La alarma se disparó ayer debido a un ejercicio de entrenamiento que realizaba una barcaza de la Guardia Costera en el río Potomac, en las cercanías del Departamento de Defensa. Algunos medios de comunicación infomraron de la presencia de una barcaza «sospechosa» en el río Potomac, rodeada por las unidades de la Guardia Costera, que habría realizado varios disparos. Las autoridades se apresuraron a informar de que se trataba de un entrenamiento.
Un simulacro de seguridad causó la alarma cuando varios medios informaron de los disparos realizados por una barcaza «sospechosa» cerca del Pentágono, donde se encontraba Barack Obama.
La sede de la Bolsa de Nueva York también guardó, antes de su apertura, un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los ataques de 2001, muchas de las cuales eran compañeros de profesión.
La comunidad internacional promueve un rápido anuncio de los resultados de las elecciones presidenciales en Afganistán, temiendo que los retrasos y las sospechas de fraude masivo favorezcan a los talibán, cuyos ataques se han intensificado por todo el país en las últimas semanas.
La Comisión de Quejas afgana, que investiga las posibles irregularidades, canceló el pasado jueves las papeletas de 83 de los 25.450 colegios electorales existentes, sospechosas de fraude en los comicios presidenciales del pasado 20 de agosto.
Este anuncio provocó la inquietud de la comunidad internacional, que teme que los resultados no sean creíbles, mientras en varios países crece el desacuerdo de la opinión pública con la presencia militar en Afganistán.
«Los que sacan beneficio de esto (...) son los talibán y Al-Qaeda», se lamentó Richard Holbrooke, enviado especial estadounidense en Pakistán y Afganistán.
Sin embargo, el Departamento de Estado de su país advirtió de que el proceso de determinar los resultados podría durar meses.
Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, se mostró «muy preocupado» por «estas graves acusaciones de fraude».
La Comisión Electoral afgana ha ido revelando, desde el 25 de agosto, resultados parciales, que otorgarían al actual presidente Hamid Karzai una victoria por mayoría absoluta, que le evitaría una segunda vuelta.
Los resultados en base al 100% de los votos deberían darse a conocer hoy, aunque no serán oficiales hasta que finalice la investigación, lo que puede demorarse mucho tiempo. GARA
