La primera jornada del «tríptico andaluz» dejó pocas diferencias entre los hombres fuertes, de los que sólo Robert Gesink tuvo arrojo y fuerza para atacar. Tras la falta de respuesta por parte de sus rivales, cada uno miraba al lado opuesto a la hora de hablar de responsabilidades.

Empezando por Alejandro Valverde, para el que «eran otros los que tenían que ir» a por el holandés. El líder explicó que él apostó por «vigilar las ruedas de Evans y Basso», sus adversarios más cercanos, por lo que dio por buenos «los segundillos» que le sacó Gesink en línea de meta. «Otros lo tienen más cerca ahora», insistió.

«Otros» como Ivan Basso, para el que la responsabilidad del contraataque correspondía, precisamente, al equipo del líder. «El Caisse tenía el deber de salir a por Gesink, por eso yo esperé», explicó el italiano. «Para mí es importante ver la situación de carrera para buscar el momento propicio para atacar», añadió. Lo cierto es que Basso tiene una jornada de montaña menos por delante y su desventaja respecto a Valverde no decrece. Aún así, no le entran las prisas. «No necesitamos poner objetivos concretos cada día, es el domingo cuando tenemos que hacer el balance. Cuento con un buen equipo, estoy bien de moral y de piernas y creo que tendré ocasión y lugar para jugar mis bazas», aseguró, aunque cree que corredores como Danielson, o de nuevo Gesink, también probarán en estos próximos días.

Samuel Sánchez, por su parte, dio por bueno el hecho de haber aguantado con el reducido grupo de hombres fuertes. Sigue a un minuto de Valverde, pero «vamos todos parecido y es difícil recortar diferencias», asumió. Incluso no aumentarlas, cuando hay ataques «espléndidos» como los de Gesink y Mosquera. «Cuando acompañan las fuerzas es más fácil intentar acortar las diferencias», subrayó el líder de Euskaltel.

Su compañero Igor Antón, por otra parte, reconoció que «en esta Vuelta, no sé por qué, no estoy en plenitud», pero se reconoció «contento porque hoy sí me he encontrado bien y he estado cerca del grupo de favoritos». El vizcaino espera seguir mejorando para «poder ayudar a Samuel» en estas dos jornadas «que van a hacer daño, la carrera aún se puede dinamitar».