Una estrategia de acoso asfixiante y creciente
Tres jóvenes denunciaron ayer que han sido acosados, interrogados e incluso amenazados para que accedan a colaborar con la Policía. Dos de ellos han puesto los hechos en manos de los juzgados y la tercera lo hará en breve. Uno de los denunciantes, portavoz de la plataforma Gora Iruñea, pasó horas retenido en un coche, tiempo durante el que fue objeto de un intenso interrogatorio. Otro de los jóvenes fue abordado en Alicante, cuando se encontraba de vacaciones, y recibió presiones y amenazas, además de una oferta económica a cambio de su «colaboración». La tercera joven ha sido acosada a través del teléfono, en el que recibe numerosas llamadas en el mismo sentido.
Estos episodios de «guerra sucia» -patrañas, según el ministro Rubalcaba- no son nuevos, ni mucho menos aislados. En los últimos meses se repiten con una frecuencia creciente. En fechas recientes se han producido las denuncias de Alain Berastegi, torturado con «la bolsa» durante horas tras ser secuestrado en Irunberri; Lander Fernández recibió repetidos golpes en Santutxu para «animarle» a colaborar; y Juan Mari Mujika sufrió el mismo trato en Donapaleu. Pero, sin duda, el caso más grave es el de Jon Anza, desaparecido desde el pasado 18 de abril. El sábado se desarrollará una manifestación en Donibane Lohizune para exigir que se aclare cuál es su estado y paradero. De forma inmediata.