«El rotundo éxito de la huelga del 21 de mayo y la posición electoral del voto de izquierdas y abertzale como tercera fuerza en las elecciones europeas de junio rompieron la tranquilidad en la que estaban asentados UPN, PSN, PP, CEN, CCOO y UGT. Esta situación ha elevado el nivel de preocupación y nerviosismo hasta límites que hacía tiempo no se percibían en nuestro territorio». Así lo constataron ayer Xanti Kiroga, Mariné Pueyo y Txelui Moreno, al tiempo que presentaron las líneas de actuación de la izquierda abertzale para este curso.

En una rueda de prensa seguida por numerosos medios de comunicación y vigilada por la Policía española, afirmaron que «el bloque españolista teme el cambio político e intenta por todos los medios que se pueda construir un escenario en el que se atisbe una mínima esperanza en ese sentido», y añadieron que todo ello, así como la cercanía de las elecciones de 2011, ha producido «una virulenta reacción» para intentar frenar el avance hacia ese cambio.

Como ejemplos más evidentes de esa reacción, señalaron la represión contra la izquierda abertzale (persecución de la solidaridad con los presos políticos, secuestro y tortura de Alain Berastegi, ataques de la extrema derecha contra símbolos de la memoria histórica...) y la colaboración entre UPN y PSN para desarrollar un pacto en contra del sector independentista. A este respecto, recordaron que la propuesta para el «aislamiento político y social de la izquierda abertzale no deja de ser un clásico en la actuación del españolismo de los últimos treinta años».

«No es sino una reedición postrera de aquel pacto `por la paz y la tolerancia de Urralburu'. La vertiente novedosa -agregaron- radica en el intento de obligar a formaciones como IUN y NaBai a asumir los postulados de UPN y PSN a través de la presión y la coacción política».

De cara al nuevo curso, informaron que la izquierda abertzale centrará su iniciativa en torno a cuatro líneas: sumar voluntades a favor de un escenario en el que todos los proyectos puedan ser defendidos y materializados; denunciar la represión y la vulneración de derechos civiles y políticos; acompañar las demandas de la clase trabajadora mediante la movilización y propuestas institucionales, y defender el euskara y la simbología euskaldun frente a la «persecución obsesiva de UPN y PSN».