Brown admite que habrá recortes del gasto público excepto en servicios esenciales
GARA |
El primer ministro británico, Gordon Brown, admitió ayer por primera vez que habrá que efectuar recortes en la inversión pública para reducir el déficit del Estado, aunque aseguró que esos recortes no afectarán a los servicios básicos.
En una esperada intervención ante el congreso anual de la confederación sindical británica (Trades Union Congres), afirmó que habrá que «recortar gastos, ineficiencias, programas innecesarios y presupuestos de baja prioridad» a medida que «se produce la recuperación económica». Aseguró que, pese a la necesidad de reducir el gasto público para empezar a enjuagar la deuda, su partido «no respaldará recortes en los servicios básicos vitales de los que la gente depende».
Tras meses de evitar pronunciar la palabra «recortes», Brown, apremiado por algunos colegas de Gabinete, que temían que la falta de claridad afectara al voto de cara a las elecciones previstas para 2010, finalmente lo hizo ayer, aunque con matices.
Afirmó que el electorado tiene dos alternativas: «el Laborismo, que no pondrá en peligro la recuperación, protegerá y mejorará los servicios básicos y tomará las decisiones adecuadas para las familias de ingresos medios y bajos, y un Partido Conservador que reduciría los servicios públicos cuando más se necesitan, recortando el gasto en todos los departamentos para subvencionar recortes fiscales para los ricos».
Insistió en que estaba haciendo lo correcto para asegurar que, a medida que se avanza hacia una recuperación, se pueda «invertir y crecer dentro de unas finanzas públicas sostenibles».
A su parecer, el crecimiento económico, la venta de activos y las mejoras en eficiencia son la vía para conseguir el objetivo impuesto por el ministro de Economía, Alistair Darling, de reducir a la mitad el déficit estatal, estimado en 175.000 libras (197.000 euros), en cuatro años tras el final de la recesión.
Entre las medidas propuestas para ayudar a sanear las finanzas públicas, además del anunciado recorte en el gasto, destaca el aumento en un 0,5% de la cotización a la seguridad social a partir de 2011 y elevar al 50% el gravamen fiscal en la banda de ingresos más altos.
Coincidiendo con el primer aniversario de la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, Brown advirtió a los sindicatos -principales donantes al Partido Laborista- de que la recuperación aún «pende de un hilo» y les pidió que no permitan que nadie la ponga «en peligro».
El Partido Conservador consideró que la admisión de Brown de que habría que tomar «medidas difíciles» supone «toda una capitulación».