El general británico encargado de implementar la nueva estrategia occidental en Afganistán considera que la OTAN debe tener en cuenta los agravios y quejas que siente muchos talibán si quieren convencerlos de que depongan sus armas.

En una entrevista que publicaba ayer el diario «The Independent», el teniente general sir Graeme Lamb advertía de que sería una equivocación, además de contraproducente, imponer prejuicios occidentales en ese proceso de pacificación.

Lamb, que fue jefe de las SAS (Fuerzas Especiales Británicas), afirma que «hay que mirar muy bien a esa gente que creemos que son nuestros enemigos» y agrega que «muchos jóvenes que luchan contra nosotros no han hecho nada malo».

«Tienen agravios y quejas de las que nadie se ha ocupado. No se han materializado sus sueños de una vida mejor. Son gente a la que tenemos que hablar, pero hemos de asegurarnos de que tenemos algo que ofrecerles», explicó Lamb.

Divergencias en Italia

Por otra parte, la prensa italiano reveló ayer que existen serias divisiones entre el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y su aliado Umberto Bossi (Lega Nord) sobre la presencia de soldados italianos en Afganistán, tras la muerte de seis de ellos el jueves en un atentado en Kabul.

Sus retratos fueron publicados en las primera páginas de los diarios, incluido el deportivo «La Gazetta dello Sport».

El principal diario romano, «Il Messagero», sacaba a la luz «divisiones en el seno del Gobierno», tras hacerse eco de las declaraciones de Bossi.

«La misión en Afganistán ha terminado. El intento de llevar la democracia a Afganistán ha fracasado. Espero que para Navidad todos los soldados italianos puedan volver a casa», declaró el jueves Bossi.

Berlusconi reaccionó inmediatamente a estas manifestaciones. «Queremos traer a nuestros muchachos lo antes posible», dijo al llegar a una cumbre europea en Bruselas. Sin embargo, añadió que «esto es algo que no podemos decidir nosotros solos, puesto que si no, traicionaríamos la confianza de los otros países que están presentes».

«La mayoría aparece dividida», comentaba «Il Messagero».

«Una cosa es cierta. La cuestión afgana, si no se desactiva rápidamente, tiene el riesgo de complicar el funcionamiento de la mayoría», destacaba «La Stampa».

Para el izquierdista «La Repubblica», «las divergencias entre Bossi y Berlusconi son evidentes». El diario económico «Il Sole 24 ore» subrayaba que las palabras de Bossi constituyen «una declaración fuerte, en neto contraste con las tomas de posición de otros miembros del Gobierno», como los ministros de Defensa y de Exteriores.

«¿Todos a casa? La tentación que hay que evitar», estimaba «Il Corriere della sera», principal rotativo de Italia, mientras que el diario «Il Giornale», propiedad de Berlusconi, proclamaba la necesidad de actuar en Afganistán.