ZINEMALDIA
Perezcano lleva el humor de Kaurismaki a la frontera mexicana en «Norteado»
GARA | DONOSTIA
Hasta ahora documentalista, el realizador mexicano Rigoberto Perezcano pone en «Norteado» su mirada entre objetiva y surrealista en la frontera mexicana y logra una opera prima con humor absurdo y minimalista. Esta propuesta recibió una cálida acogida en a sección Horizontes Latinos.
Inspirada por el cineasta finlandés Aki Kaurismaki, llegaba avalada por haber conseguido en Zinemaldia el premio Cine en Construcción cuando todavía era un proyecto. A priori parecía una redundancia respecto a «Sin Nombre», de Cary Joji Fukunaga, proyectada el día anterior. Pero su prisma al estilo del director finlandés de «Un hombre sin pasado» le hace desmarcarse de lo convencional y, gracias a ello, su proyección internacional comienza a despegar -ha sido proyectada en el festival de Toronto y ya tiene distribuidora en el Estado-.
«Mi prioridad como director era no hacer otra película más sobre la inmigración. Tenía que ser respetuoso con un tema nada fácil, pero vi que podía ser respetuoso y profundo siendo a la vez divertido», asegura Perzcano.
Comienza como un documental saturado de luz y calor, de la gesta en tiempo real de un hombre en solitario, Andrés, enfrentándose a la barrera política que le separa de los Estados Unidos. Tras su primer intento fallido, se queda en la ciudad fronteriza de Tijuana. Allí se convierte en un «norteado», que es una expresión con doble significado: por un lado es aquella gente «enloquecida con el Norte de México. Por otra es la gente que está bastante perdida», explica el director.