El ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, mostró ayer su satisfacción por la entrega temporal de Garikoitz Aspiazu. El preso político fue trasladado ayer en avión desde el Estado francés a Madrid y permanecerá una semana en el Estado español para ser interrogado en la Audiencia Nacional por varias causas abiertas en su contra. Durante ese tiempo, estará encarcelado en régimen de aislamiento en la prisión madrileña de Soto del Real, según difundieron las agencias de información.

Rubalcaba dijo que se trata de la primera ocasión en la que un preso vasco es entregado por las autoridades francesas a las españolas sin haber sido juzgado, y destacó que se debe a la «estrecha» colaboración de ambos estados.

El ministro de Interior no mencionó nada sobre las condiciones impuestas por el Estado francés para aceptar la entrega temporal de Aspiazu. Sin embargo, algunos medios de comunicación informaban ayer de que París exigió a las autoridades españolas que fueran respetados los derechos que asisten a cualquier detenido en la legislación francesa.

En este sentido, reclamaron varias medidas entre las que destacaba que el preso político bilbaino no podía ser fotografiado con esposas. Sin embargo, las autoridades españolas filtraron a los medios imágenes de Aspiazu rodeado por policías españoles a su llegada al aeropuerto de Getafe.

Dudas sobre Capbreton

Desde su detención en noviembre de 2008, Aspiazu fue calificado por el Ministerio de Interior español como «número uno» y «jefe del aparato militar» de ETA. Incluso, se le acusó de estar relacionado con la muerte de dos guardias civiles en Capbreton en diciembre de 2007 sin que hasta el momento haya sido procesado por estos hechos.

Asimismo, en los últimos días informaciones publicadas en los medios aseguraban que se habían encontrado nuevas pruebas que relacionaban al preso de Santutxu con este atentado.

Al contrario que tras su detención, Rubalcaba ayer fue más prudente y dejó en manos de los tribunales la decisión de procesar a Aspiazu por estas muertes. Según recordó, correspondería en todo caso a la Justicia francesa formalizar la acusación si existen nuevas pruebas.