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Crónica | Control social

Azkuna compartirá con Ares sus imágenes de San Francisco

El sofisticado sistema de videovigilancia instalado por el Consistorio bilbaino en la calle San Francisco ya se encuentra al máximo de su capacidad operativa. El alcalde visitó ayer su sala de control en Garellano, donde anunció que en noviembre las imágenes llegarán al centro coordinador de Policía Municipal y Ertzaintza en Deustua.

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Agustín GOIKOETXEA

Iñaki Azkuna, acompañado de los responsables locales de Seguridad Ciudadana, visitó ayer en la comisaría central de la Policía Municipal, en Garellano, la sala de control donde se reciben las imagénes de las 18 cámaras fijas colocadas en la calle San Francisco, de la plaza de los Tres Pilares al puente de Cantalojas.

Las 35 lentes que conforman el sistema captan unas imagénes de gran calidad -con una resolución de 3 megapixels- no sólo de San Francisco, sino que también de las calles Bailén, Dos de Mayo, Hernani, Arnotegi, Cantera, Laguna, Cantalojas, Conde Mirasol, Aretxaga y Plaza Corazón de María. Las imágenes de los dispositivos se solapan permitiendo que se siga a un «sospechoso» desde la plaza de los Tres Pilares hasta el puente de Cantalojas. El «pequeño Gran Hermano» dispone del permiso de Interior de Lakua desde el pasado 28 de julio.

Azkuna no ocultó que la mayoría del movimiento ciudadano de San Francisco se opone a esta nueva herramienta de control, al considerar que las cámaras refuerzan una imagen de barrio conflictivo y problemático, estigmatizando a sus vecinos. «Queremos seguir disfrutando de nuestra libertad e intimidad sin ser continuamente vigilados en nuestros movimientos y relaciones», vienen repitiendo desde la Coordinadora de Grupos de Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala.

Para tratar de justificar esta nueva arma en la «batalla contra el navajero», el primer regidor expuso que ninguna de las cámaras dispone de sistema de grabación o captación de sonidos, además de que las primeras plantas de los edificios están pixelados. Tampoco hay posibilidad de captar lo que pasa en el interior de los establecimientos comerciales, según los responsables municipales, al no disponer los visores de mecanismos motorizados que permitan modificar su orientación.

Las grabaciones se archivan durante siete días en el centro de procesos de datos de la guardia urbana bilbaina, y pueden ser cedidas a los tribunales de justicia, a la Fiscalía, al Ararteko y a otras policías, «aunque únicamente con fines exclusivos de identificación de hechos delictivos». Una vez transcurrida una semana, los archivos se borran automáticamente.

En noviembre

La novedad respecto a la videovigilancia la aportó Azkuna, al informar de que a partir de noviembre la señal de las cámaras llegará a la comisaría de la Ertzaintza de Deustua, donde se encuentra el mando conjunto de la Policía Municipal y la autonómica. Desde el Ayuntamiento se resaltó que esta medida «supone un paso adelante en la coordinación entre ambos cuerpos policiales, que comparten labores de vigilancia y mantenimiento de la seguridad ciudadana de la villa».

Por el momento, las imágenes llegan a la sala de control de Garellano -junto a la centralita del 092- desde la comisaría de La Cantera, en pleno barrio de San Francisco. Allí, un policía conoce en tiempo real lo que está pasando en la vía pública.

El alcalde no perdió ayer la ocasión de hablar de su ya manido discurso contra la delincuencia, consciente de que la imagen de justiciero populista le sirve para captar votos en otros caladeros que no son los jeltzales. Tras recordar que los datos obtenidos son confidenciales, dijo que «permiten ver perfectamente al ciudadano que delinque».

Con tantas cámaras de televisión y micrófonos a escasos centímetros de sus labios, Iñaki Azkuna aprovechó para anunciar que los presuntos autores de los atracos a mano armada que se han cometido en las últimas semanas en dos sucursales bancarias, una gasolinera y un supermercado de Bilbo han sido arrestados en las últimas jornadas. Más tarde, el Departamento de Interior del Ejecutivo de Lakua informó de los arrestos, aclarando que eran fruto del trabajo de Policía Municipal y Ertzaintza. De las cinco personas detenidas, con antecedentes por diversos delitos y con edades comprendidas entre 19 y 28 años, el juez de guardia ordenó el ingreso en prisión de cuatro.

Azkuna llegó a aportar más datos que el comunicado oficial del departamento que dirige Rodolfo Ares, pues avanzó que uno de los supuestos atracadores, a pesar de no haber sido apresado, estaba identificado e iba a ser detenido pronto.

 

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