ELA considera acertados los pasos de la mayoría sindical
«La minoría decide por la mayoría en el terreno sindical»
Secretario general de ELA
Juanjo BASTERRA | BILBO
El líder de ELA, central sindical que cuenta con más de 110.000 afiliados, entiende que hay una necesidad de frenar las agresiones que los trabajadores sufren. Opina que la militancia sindical será «imprescindible y clave» para avanzar en ese trabajo.
¿Qué objetivos se plantea ELA para este curso?
En negociación colectiva tenemos un gran reto, porque la patronal intentará sacar provecho de la situación de desempleo, como siempre lo ha hecho. Tenemos el ejemplo de la crisis de entre 1992 y 1993, en la que, aprovechando el miedo colectivo, en 1994 forzó situaciones de empeoramiento de las condiciones de trabajo. El reto de la negociación colectiva es hacer defensa eficaz de que las condiciones de trabajo no han sido responsables de la crisis. La mejor manera de defender una salida a esta situación es la defensa de los salarios y una negociación exigente, porque una de las causas de esta crisis es el componente especulativo de los beneficios. La negociación colectiva disputa terreno a los beneficios empresariales, que han sido y siguen siendo muy altos.
¿Reclama subidas por encima del IPC?
Sí, y con garantías, ya lo dijimos ante 4.500 delegados.
¿Cómo actuar ante la crisis?
Estamos inmersos en una campaña que tiene por objeto ganar el debate social. En función de la situación política existente, es ya muchísimo ponerse como objetivo compartir una agenda y tiene, sin duda, un gran valor al ser capaces de ponernos objetivos para que no te los condicionen otros. Detrás de ese planteamiento está el tema de la crisis, los ERE, el modelo de sociedad en sus dos patas: fiscalidad y gasto; la crítica al tema fiscal, la utilización del Concierto Económico, los diferenciales de presión fiscal y gasto social y, entre otros, el tema de la autogobierno. En este último tema estamos convencidos que nos encontramos en un proceso involutivo y que el sindicalismo español es punta de lanza del Pacto de Estado. De la misma manera que en el terreno político, cuando no ganan, adulteran las reglas de juego; en el terreno sindical hacen lo mismo sin problemas. La minoría decide por la mayoría. Es profundamente antidemocrático lo que está pasando también en el terreno sindical.
¿Hego Euskal Herria es un paraíso fiscal?
Lleva camino. Es tan paraíso fiscal que la derecha española le atrae y quiere llevar el modelo del Concierto Económico y del Convenio Económico al resto del Estado español. La derecha no se equivoca. Por eso dije en el acto de La Casilla que Basagoiti -líder del PP- es el algodón que determina la calidad social del autogobierno vasco en materia de fiscalidad. Dimos datos, la presión fiscal es más baja que en Europa y determina 5.360 millones de menor ingreso del que podríamos tener, pero en comparacion con el Estado español son 3.100 millones de menos. Nadie nos desmiente, nadie habla de eso.
¿Por qué?
El modelo vasco es predemocrático en función de la configuración institucional del país, como lo son las haciendas que deciden en el tema fiscal: ellos se lo guisan y ellos se lo comen. No dan información de lo que van a hacer. Nadie discute que la orientación del Concierto Económico ha sido tremendamente insensata en sus decisiones. Porque en época de crecimiento han tomado decisiones para desfiscalizar a las rentas altas apoyándose en el superávit de las haciendas para argumentar que se podían reducir impuestos. Es lo que han hecho: han evitado condicionar decisiones de gasto social para tener superávit, poder exprimir el presupuesto y hacer reducciones fiscales. Ahora, en esta difícil coyuntura el camino tendría que ser el contrario, es decir insuflar dinero, pero autolimitan el gasto.
No es así con los empresarios, que tienen apoyo directo.
Hay una gran hipocresía, los liberales -la derecha- plantean que cuanto menos Estado mejor, pero el Estado siempre es bueno cuando se le puede saquear en beneficio propio. Una de las medidas del diálogo social en que voy a insistir más es que es verticalismo sindicaL. Están poniendo en manos de las empresas dinero público para que contraten en precario. Se les facilita el beneficio.
¿Los trabajadores tienen que temer las consecuencias de la mesa de diálogo social?
A eso tienen que contestar quienes ponen encima de la mesa un presupuesto reducido en un 6%, con un 8,% menos para Osalan, sin que se hable de fiscalidad, con las reducciones fiscales que están aprobando y con todos los ERE aprobados, con los que permiten a la patronal el ajuste de empleo que quiere. La pregunta que uno se hace es qué contenidos justifican llamar diálogo social a lo que se está haciendo. Lo que han anunciado es que van a hacer una campaña de propaganda sobre siniestralidad laboral, que han readaptado el malísimo decreto de Joseba Azkarraga sobre ayudas de formación en los ERE de suspensión, y que van a dar a las empresas 1.500 euros al mes para contratar un trabajador precario -que habría que discutir que si son necesarios, tendrían que estar ocupados por personal estable-. Los contenidos esenciales no están y, en cambio, se anuncia una foto y propaganda para hacernos ver que se preocupan, pero no es así.
¿Y los trabajadores, qué?
Los trabajadores, a partir de ahí, tenemos que aprender a defender lo nuestro. Porque la patronal no se va a despistar, y los gobiernos en esta foto de gestión de crisis tiene por objeto el trasladarnos los efectos negativos a los trabajadores. Tenemos que unirnos, organizarnos y decir las cosas con mucha claridad. Tenemos que destacar a la militancia sindical, porque no puede gestionarse una alternativa sin militantes y, desde luego, no trabajan desinteresadamente en un proyecto si no creen en él y saben que no trabajan para engordar las burocracias.`
Desde que la mayoría sindical convocó la huelga general en mayo, la situación no ha ido a mejor. ¿Qué es lo que opina en este momento?
Que empeora, pero algunos no se mueven. Les dejan en paz a quienes han causado esta crisis. Ese es el fundamento del diálogo social. El movimiento sindical está atrapado entre los gobiernos y la patronal. A ésta se le deja que haga el ajuste de empleo que quiere. En esa mesa, patronal, Gobierno de Gasteiz y sindicatos españoles están de acuerdo en que no quede ningún resquicio en ningún ámbito de regulación propia.
¿Para qué?
Para trasladar a la CAV, único ámbito que quedaba pendiente, la visión de lo que definimos como verticalismo sindical. No nos hemos ido del CES. El lehendakari Patxi López no se entera. En el CES quien tiene veto es la patronal, que niega el debate de los temas. Es así.
Explique qué es eso del verticalismo sindical.
Yo viví a Franco poco, pero lo viví. Decidía quién representaba los intereses de cada parte y en el sindicato vertical de entonces decía «usted es el responsable de la representación». Este proceso involutivo, que en lo político es evidente desde hace mucho tiempo pasees cuanto pasees al `muerto' -el Estatuto de Gernika-, también ha llegado al ámbito social y sindical. El poder político decide alterar las reglas de juego y crea un diálogo social con la minoría, porque sabe que la mayoría no se presta a su juego ni a los intereses que mantiene. Así es el mal llamado diálogo social. Es verticalismo y es especialmente antidemocrático.
¿Por qué se margina a la mayoría?
Porque sabe que la mayoría no se presta a su juego ni a los intereses que tiene. Es verticalismo, como el que ya he explicado, porque democráticamente no lo pueden hacer, como democráticamente el lehendakari Patxi López no puede serlo. El Pacto de Estado tiene objetivos diversos en lo político, como la uniformización a nivel social y a nivel económico. Y bajo ese paraguas decide quién representa mejor los intereses de los empresarios. Es así.
¿Cree que UGT y CCOO se han vendido?
No. Creo que el sindicalismo que busca su financiación al albur de la financiación pública renuncia a la capacidad de incidencia al poder hacer porque está unido a las arcas públicas. El diálogo social no ha empezado ahora, ha acompañado a la precariedad, al modelo de crecimiento que nos ha llevado a la crisis y, como se ve, ha hecho crack. Hoy la patronal española plantea que el modelo debe ser el mismo, pero con más precariedad. Las empresas españolas son las que más han ganado en Europa y las que menos han invertido en tecnología.
¿Después de las firmas y el diálogo qué se plantea?
Vamos a ver. En estos momentos valoramos un montón este espacio común, porque consolida una relación. Vamos a cumplir etapas. J. BASTERRA