La Policía hondureña dispersó con cañones de agua a los seguidores del depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya que se habían concentrado ante el hotel donde se llevan a cabo las reuniones para tratar de dar una salida a la crisis política.

La negociación entre representantes de Zelaya y del Gobierno golpista de Roberto Micheletti avanza a cuentagotas y entre declaraciones cruzadas.

El representante de Zelaya Juan Barahona indicó que ha habido avances, pero que todavía no han abordado el punto central y más controvertido: la restitución de Zelaya.

Los golpistas, por su parte, se mostraron «contentos» por el curso que siguen las conversaciones. Micheletti, en otro nuevo giro, afirmó que Zelaya puede permanecer el tiempo que desee en la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se refugió el 21 de setiembre.

Éste, sin embargo, desconfió de las palabras del presidente de facto y puso como plazo el próximo día 15 «para que se aclaren las posiciones de ambos extremos». Añadió que esperará hasta entonces para definir y dar a conocer su postura definitiva en las negociaciones.