La crisis económica ha convertido la Liga ACB en un torneo de dos, cuando no tres, velocidades. Equipos sin patrocinador como el Murcia se las tendrán que ver con los grandes trasatlánticos de siempre, Real Madrid y Regal FC Barcelona que, con la permanente ayuda de «papá fútbol», no saben lo que es cuadrar un presupuesto. Otros, por fortuna, han hallado en los entes públicos la tabla de salvación, como Bizkaia Bilbao Basket, que tiene el respaldo de la Diputación tras la caída de Iurbentia y otros, como Lagun Aro y Caja Laboral, han salido al paso de Gipuzkoa Basket y Saski Baskonia después de la salida de Bruesa o Taulell. Especialmente sangrante resulta el cambio de patrocinio en Gasteiz, que añadido a la venta de jugadores más que carismáticos como Vidal y Prigioni, se encuentra en plena crisis de identidad.

Así pues, los equipos futboleros volverán a tirar de la locomotora de una ACB que, eso sí, parece al fin tener un poco más de seriedad. Se acabó al fin la salida al paso de la liga con 17 contendientes y un descanso, así como el doloroso caso Obradoiro, aunque haya tenido que llegar mediante resolución judicial. Los fichajes del Barça, vigente campeón liguero, asustan: Lorbek, Mickeal, Ricky Rubio, Ndong, Morris... los de Xavi Pascual apuntan a la liga y a la Euroliga. Mientras, el Real Madrid de Ettore Messina quisiera ejercer de tapado. Con veteranos como Kaukenas, Lavrinovic, Garbajosa o Bullock, el rendimiento inmediato queda asegurado. Por otro lado, los Velickovic y Dasic prometen muchísimo. Ya en la Supercopa los blancos estuvieron cerca de sorprender, aunque al final Lorbek y Mickeal desnivelaron la balanza a favor de la parte culé.

Caja Laboral Baskonia, un mar de dudas

En lo que a los equipos vascos respecta, la jerarquía exige que Caja Laboral Baskonia sea considerado como el más fuerte de los tres representantes de la ACB. No obstante, por las razones arriba mencionadas nadie sabe por dónde va a salir este nuevo proyecto liderado por Dusko Ivanovic. Según el técnico montenegrino, «el equipo tiene calidad a nivel individual, pero le falta conjuntarse. Por eso cada arranque de temporada es siempre una incógnita».

Pero es que la incógnita baskonista merece ser plural, o por lo menos mayúscula. ¿Quién ejercerá de líder en la cancha y el vestuario? Parece que ese rol le va a caer a Tiago Splitter, un jugador que, casualmente, se halla en la que posiblemente sea su última temporada en Gasteiz. Mirza Teletovic y, en menor medida, Fernando San Emeterio, deberán ejercer también un cierto liderazgo, fruto más de la experiencia con la zamarra baskonista que por otra cosa. ¿Cuál será el rendimiento de Walter Herrmann? El alero argentino, que recalaba procedente de los Detroit Pistons tras una disputa a brazo partido con el Unicaja de Málaga -ojo al conjunto de Aíto García Reneses, que ha logrado confeccionar una plantilla de calidad, pese a no contar con el trompeteo de los medios-, se sometía esta misma semana a una artroscopia para curar una bursitis en su rodilla izquierda. Por tanto, uno de los fichajes estrella de la entidad presidida por Josean Kerejeta deberá esperar dos meses antes de saltar a las canchas. Vladimir Micov apuntaba como el elegido para sustituir al campeón olímpico de Atenas 2004, pero no parece que haya convencido a Ivanovic.

¿Cuál será el rendimiento de los bases? Ni Pau Ribas, que en la ACB ha jugado más de escolta, ni Marcelinho Huertas, que pasó de una campaña maravillosa en Bilbo a otra calamitosa en Bolonia, parecen los elegidos para la difícil misión de hacer olvidar a Pablo Prigioni. Desde luego que el estilo será otro, sin tanto pick'n roll central y en el que los bases adoptarán un rol más anotador. El último fichaje, Chirs Lofton, también responde a ese perfil. Unido a Oleson y English, no faltará tiro exterior en Gasteiz. ¿Qué hay de los interiores? Lior Eliyahu, uno de los fichajes más controvertidos del Caja Laboral Baskonia, no estará en Murcia. Ahora bien, si el israelí muestra su clase, muchos dejarán sus críticas para el final de los partidos. Sobre Barac aún hay muchas resistencias, que sólo el pívot croata puede desactivar.

Apuesta fuerte en Bilbo

Las jerarquías poco importan a Bizkaia Bilbao Basket. Los hombres de negro, con Txus Vidorreta al frente, afrontan su temporada más ambiciosa dispuestos a dar más pasos adelante, y con la secreta esperanza de colarse en la élite de la Liga ACB. El crecimiento de los bilbainos ha hecho que La Casilla se haya quedado pequeña, por lo que, mientras se termina de construir el nuevo pabellón de Miribilla, el Bizkaia Arena de Barakaldo vivirá los encuentros de local de un Bizkaia Bilbao Basket que ansía sumar un título, o rozarlo al menos. La Copa se disputará en su feudo y las semifinales de la Eurocup supieron a poco la pasada campaña. Por ello, ha apostado más fuerte que nunca para vestir un buen fondo de armario. De esta guisa, el puesto de alero, el más flojo de la temporada anterior, se ha visto reforzado con la llegada de Chris Warren y Alex Mumbrú. Asimismo, Jerome Moiso dará al puesto de pívot la solidez que otro francés, Fred Weis, no le dio el año pasado.

Otra de las apuestas de Vidorreta ha sido pasar al letón Janis Blums al puesto de escolta casi a tiempo completo. Habrá que ver, pero Blums no es un jugador que luzca mucho saliendo de bloqueos indirectos, sino que se trata de un combo guard que juega desde la premisa de tener mucho el balón y decidir. Si el dúo Javi Rodríguez-Javi Salgado dirige con éxito la nave bilbaina, no tendrá más remedio que amoldarse.

Apuesta fuerte en Bilbo

Mientras, ajeno a las ambiciones en pos de títulos y prestigio de alaveses y vizcainos, Lagun Aro Gipuzkoa Basket peleará por no descender. La llegada de un nuevo patrocinador ha dado mayor estabilidad al club presidido por Gorka Ramoneda y parte de una situación en la que no parece descabellado estar en puestos tranquilos, aunque el presupuesto haya descendido. Laso y compañía han hilado muy fino para poder armar el mejor equipo posible sin gastar más de lo debido y apostando por jugadores que pueden destaparse.

El mejor ejemplo es el de Antwain Barbour. El estadounidense se ha pasado años reinando la anotación de la LEB y de la mano de Laso salta a la Liga ACB. La exitosa experiencia del año pasado en Fuenlabrada con Oleson habrá servido para vencer reticencias. Visto lo visto en pretemporada, Barbour acepta el reto. De Detrick podría decirse casi lo mismo.

El dúo Ignerski-Miralles podría ser la otra pata del banco donostiarra. Con Hopkins cada vez más cerca de la jubilación, sin Lou Roe ni Marconato -al que, por desgracia, tampoco se le echará mucho de menos-, el juego interior donostiarra se apoyará en Doblas y en la mencionada dupla. El polaco viene de jugar de alero alto tanto en Cajasol como en su selección. No obstante, Laso busca ganar espacios con su empleo -Panko también tendrá chance como falso 4- como ala-pívot abierto. Si Ignerski se muestra sólido en defensa y regular en ataque, mucho tendrá ganado el GBC. Pero si ello fuera así, Ignerski jugaría en la NBA.

Miralles deberá demostrar que su salida de Valencia casi por la puerta falsa ha sido un error. El catalán, cuya vida profesional ha ido siempre entre la narcolepsia y el sobresalto, ha rendido de forma espectacular cuando se ha visto al borde del paro. En sus mejores días, se ganó a pulso el apodo de «torito» en el Pallacanestro italiano. Un fajador duro pero con buena mano -llegó a ser drafteado por los Toronto Raptors en el puesto 39 en 2004- que, al parecer, en la ACB se ha acomodado más de lo debido. Inteligente en su juego, también peca de irregular, y eso lo ha llevado a Gipuzkoa Basket. En su mano, como en las del base debutante Rai López, está reivindicar su calidad con una temporada acorde con su talento. Si demuestra lo que vale, el año que viene volverá a haber tres equipos vascos en la ACB.