Los cielos de lekeitio a través del objetivo de un fotógrafo aficionado
«Pueblo mágico que al pintor inspiras/ para plasmar en cuadro tu belleza». Parte de un poema dedicado a Lekeitio, una villa que inspira también a fotógrafos. Un lekeitiarra recopila en su blog espectaculares imágenes del cielo sobre este rincón de la costa vasca.
Joseba VIVANCO I
Hijo de un marino que, como todos los hombres de mar, no podía dejar de observar el cielo. «Siempre he sido aficionado a la meteorología y me emcionaban las tormentas. Hay cosas que te marcan, como las inundaciones del 83 o las nevadas del 85 y aquellos carámbanos, los días sin ir a clase. Siempre me habían gustado las tormentas, tienen como algo mágico», recuerda Xabier Gezuraga, un lekeitiarra de 40 años que desde hace cuatro cuenta con un blog en internet dedicado casi en exclusiva a fotografiar los cielos que se dibujan sobre su localidad natal.
Él es uno de los muchos, y cada vez más, aficionados a la fotografía meteorológica, un interés que supo aprovechar con acierto el espacio ``Eguraldia'' de ETB y que ha hecho que muchos miremos al cielo con otras lentes y disfrutemos de esas bellas postales que ofrece la naturaleza.
«La verdad es que Lekeitio es un buen marco. El pueblo es muy fotogénico y meteorológicamente hablando tenemos de todo: temporales marinos, tormentas de verano... nos tocan casi todos los frentes, con cantidad de cirros y altocúmulos», justifica su idilio con el cielo de este rincón de la costa vasca. Pero, sobre todo, destaca lo que él califica de «dos acontecimientos espectaculares», como con el amanecer y la puesta de sol. Dos momentos del día que, lamenta, «la mayoría de la gente parece que los ha olvidado con tantas prisas».
En su eguraldialekeitio.blogspot.com, este aficionado a la fotografía y al tiempo recopila ya un buen número de espectaculares imágenes, fruto de un suceso, cómo no meteorológico, que se remonta al 22 de abril de 2005. «Nos pilló una tormenta, una enorme línea de turbonada. La tormenta más espectacular que había visto. El cielo se puso verde. Saqué, emocionado, unas fotos y fue un desastre. No quedaron nada bien. Entonces, empecé a obsesionarme en que querer reflejar lo que sentía al ver aquello», recuerda.
Fue entonces cuando se compró una máquina réflex digital, una Canon EOS 35D, que empezó a acompañarle siempre. «Las mejores fotos son las del día menos esperado», reconoce. Ahora, lleva una 50D. «No soy de disparar mucho, siempre llevo la cámara, pero saco las fotos justas. Sólo hay una excepción, y son los rayos de día. Entonces igual disparo ráfagas de 300 fotos para conseguir una», puntualiza.
Una afición que él mismo asemeja a la de la pesca. «La mayoría de veces te vas a casa de vacío, calado hasta los huesos y de bajón, pero cuando llega el día que pillas un rayo con el encuadre y la luz que querías, es como cuando coges una lubina de siete kilos».
«Me falta captar una `traganurra'»
Los mejores momentos para captar esa imagen que busca, sostiene, son los que el cielo pinta al atardecer. «Proliferan más las tormentas y pocas cosas pueden ser más espectaculares que unos cúmulonimbos al atardecer», se decanta.
Personalmente, lo que más le gusta son las nortadas, aunque si se le pregunta por las imágenes de las que guarda un especial recuerdo, duda entre varias. «Puesto a elegir, quizá la del rayo ramificado detrás de la isla, porque fue uno de los primeros que saqué». Pero hay otra que esconde en su memoria. «El día de la muerte de Mikel Laboa. Ese día tuvimos una tormenta con una cantidad de rayos enorme. Era el 1 de diciembre y no suele ser habitual una tormenta así en diciembre. Parecía como si el cielo quisiera darle un homenaje».
La lista de postales del cielo de Lekeitio que ya no se les escaparán es amplia. Sin embargo, es inetavitable preguntarse por aquella fotografía que aún le falta a su álbum. Él no lo duda: «Sí, me falta una tromba marina, `traganurra', como decimos por aquí. Estoy un poco gafado, porque tuvimos uno enorme y después unos cuantos pequeños, pero no conseguí nada de nada».
Su blog, dice, sólo quiere reflejar la estrecha relación entre Lekeitio y los fenómenos del tiempo. A sus magníficas fotos se fueron añadiendo links didácticos sobre meteorología, imágenes de satélite o cortos textos explicativos que algunos conocidos le recomendaron, pero con los que no se sentía a gusto y terminó por eliminarlos. Y es que, como Xabier Gezuraga no tiene reparos en confesar, «a fin de cuentas, no soy yo el que escribe este blog; este blog está escrito por el cielo en su rincón lekitxarra».