Los talibán seguían ayer ofreciendo una dura resistencia ante la ofensiva terrestre del Ejército paquistaní en Waziristán del Sur, donde más de 100.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares.

El Ejército informó de la muerte de 60 combatientes islámicos en el segundo día de su ofensiva terrestre y aérea, en la que participan alrededor de 20.000 soldados en el distrito extremadamente resistente del noroeste de Pakistán. Seis soldados han muerto desde que comenzó la ofensiva, incluyendo uno durante un ataque con cohetes realizado por los talibán contra la base militar de Razmak, señalaron fuentes militares.

Equipados con cohetes y armas pesadas, los insurgentes están oponiendo una fuerte resistencia en la zona de Sharwangi, el primer territorio de la tribu Mehsud, a la que pertenece la mayor parte de los dirigentes y combatientes del Movimiento Talibán de Pakistán (TTP ). El Ejército, sin embargo, consiguió tomar la localidad de Spinka Raghzai y establecer un puesto de control cerca de Kotka.

Más de 100.000 personas han huido ya de los combates en Waziristán del Sur, según el Ejército y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). «Alrededor de 100.000 personas han sido desplazadas y se han trasladado a los distritos vecinos de Tank y Dera Ismail Khan», indicó a France Presse el coronel Shahid Waseem.

Las autoridades advierten de que el número de desplazados podría elevarse a 200.000.

Descritas por el presidente estadounidense, Barack Obama, como «el lugar más peligroso del mundo para los americanos», las zonas tribales del noroeste de Pakistán se han ido convirtiendo progresivamente desde el inicio de la invasión de Afganistán, a finales de 2001, en el santuario de Al-Qaeda y una base de retaguardia para los talibán afganos, que cuentan con el apoyo de los talibán paquistaníes.