Atenazado por el duro revés que se llevó hace dos semanas en Ferrol, y confiando en exceso de la fortaleza que está mostrando en Mendizorrotza, el Deportivo Alavés tuvo excesivas precauciones ayer en Lugo y se conformó con volver a casa con el punto que fue a buscar. Tras sufrir horrores en la primera mitad, se vio que la victoria pudo haber sido posible con algo más de ambición, pero a falta de cuatro minutos para el final, el palo, hasta en dos ocasiones en la misma jugada, no permitió que la racanería albiazul se llevase tres puntos que no mereció.

El encuentro entre el Lugo y el Deportivo Alavés terminó con el resultado inicial de empate a cero, a pesar de que el cuadro gallego hizo méritos, sobre todo en los primeros cuarenta y cinco minutos, para llevarse un premio mayor ante un Alavés que se conformó con defender.

En la primera mitad, el equipo de Quique Setién salió muy fuerte, controlando el ritmo del partido y buscando la meta de Pagola en todo momento. La primera clara ocasión del equipo local llegó en el minuto 24 en las botas de Mauro Poratti, pero su tiro fue rechazado por Pagola. En poco tiempo, Maikel y Poratti, de nuevo, lo intentaron, pero tampoco pudieron conseguir el primer tanto.

Con sus intervenciones, el portero iruindarra fue el artífice de que el equipo gasteiztarra pudiera seguir apostando por la táctica inicial planteada por Pereira, que pretendía madurar el partido para buscar la contra en la segunda mitad. Sin embargo, el equipo no tuvo ni la solidez necesaria atrás, ni la velocidad y la verticalidad requerida para pillarle la espalda al rival en posiciones de vanguardia, con Geni muy solo arriba.

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En la segunda mitad, las cosas cambiaron algo, con un Alavés que buscó abrir más el campo, pero sin disponer tampoco de ocasiones que inquietaran a un Escalona que pasó casi desapercibido durante los 90 minutos.

En lo que sí se mejoró algo fue en que, por lo menos, el Lugo acusó el esfuerzo realizado y no pudo disponer de claras ocasiones que tuvo durante la primera mitad. Cuando se llevaba una hora de partido, Pereira trató de dar algo más de mordiente al ataque albiazul con la entrada de Óscar Rico e Igor Martínez, que dieron algo de aire al juego babazorro. No obstante, el Alavés tuvo su más clara oportunidad a 4 minutos del final, cuándo hubo un barullo en el área local que terminó con un remate de Óscar Martínez que pegó en un defensa y que Escalona no pudo rechazar fuera, golpeando el balón hasta dos veces en el poste sin que nadie lo acertara a introducir en la meta local.

Así pues, ambos equipos terminaron firmando tablas, con la sensación para el Alavés que el resultado pudo ser peor, pero que también pudo ser bastante mejor en caso de haber estado mucho más valientes.