PSOE y PP, ante la evidencia del éxito de la convocatoria de la mayoría sindical vasca, quisieron ayer poner el foco en otro punto y marcar el territorio al último partido político en adherirse a la marcha que el sábado congregó en Donostia a más de 37.000 personas. Ambas formaciones trasladaron a los jelkides un doble mensaje: por un lado, que se han dejado engañar por ETA, y por otro, que es hora de que clarifiquen su estrategia.

El secretario general del PSE de Bizkaia, José Antonio Pastor, indicó al PNV que «una formación tan importante para este país no puede estar poniendo una vela a Dios y otra al diablo; no se puede estar hablando de responsabilidad, de estabilidad institucional, y a la vez ir de la mano de quien quema autobuses en Durango», en referencia al sabotaje registrado en la madrugada de ayer (ver página 15).

Pastor, en declaraciones realizadas en Barakaldo, dijo que con la izquierda abertzale «no se puede ir a ningún sitio» y avisó al partido que preside Iñigo Urkullu: «No se puede un día darse la mano con el Partido Socialista y al día siguiente abrazar a quienes son incapaces de condenar la violencia, paseándose de la mano en una manifestación en la que se lanzan gritos a favor de la lucha armada y en la que se critica al propio PNV».

Por ello, le pidió que «clarifique su postura y aclare su estrategia» porque «ese desconcierto» en el que considera está su- mido le acarreará «una factura» electoral. «Deben decidir a qué quieren jugar, si a la responsabilidad y el sentido común o al radicalismo sin sentido», insistió.

Preguntado por los periodistas sobre la posibilidad de que se conforme lo que se ha venido denominando «polo soberanista», el dirigente del PSE señaló que a ese respecto se tiene que fiar de lo que dice el auto del juez Baltasar Garzón en virtud del cual se ha desarrollado la última redada contra representantes independentistas. «Y lo que dice muy claramente es que es una estrategia montada por ETA para tratar de crear una especie de polo soberanista, dejando aislado al PNV, para tratar de establecer una especie de candidatura camuflaje bajo las órdenes de la organización terrorista».

Desde el PP, su portavoz en la CAV, Leopoldo Barreda, resaltó que, con la movilización, «ETA ha logrado desorientar al nacionalismo» y dejar «sin posición propia» al PNV. «Lo que no han conseguido reconstruyendo Batasuna, porque han sido detenidos a tiempo, lo han conseguido haciendo victimismo, haciendo lo que no son, y el PNV y otras fuerzas políticas democráticas han caído en la trampa y han salido a la calle sin saber qué es lo que están defendiendo».

En declaraciones a Europa Press, Barreda incidió en que la presencia en la marcha de Joseba Egibar y la ausencia de Urkullu reflejan «más que la doble alma del PNV, la duda permanen- te que le atenaza. No sabe dónde está». Para el dirigente del PP, el PNV es «incapaz de sustraerse al engaño de ETA-Batasuna».

Urkullu: «Volveríamos»

El propio presidente del EBB, Iñigo Urkullu, respondía en su blog a las críticas recibidas, asegurando que «hoy volveríamos a acudir a la manifestación» y precisando que, a pesar de que no estuvo en Donostia, fue él mismo quien sugirió a los presidentes de las ejecutivas territoriales a participar en la marcha.

A su juicio, no son de recibo la actuación de Garzón ni las palabras del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en las que anunciaba un veto permanente a la izquierda abertzale.

«Espero que la marea de declaraciones y descontextualizaciones [sobre la presencia jelkide en Donostia] pase cuanto antes. Insisto en el ofrecimiento que públicamente he hecho de revisar todos los pactos habidos desde Ajuria-Enea hasta hoy», añadía.