Segunda victoria casera consecutiva
Una primorosa media hora encarrila el cómodo triunfo
Pandiani -por partida doble- y Aranda se aprovecharon de las facilidades defensivas colchoneras en el juego aéreo y dejaron buena muestra de una pegada que se echó de menos en anteriores jornadas.
Natxo MATXIN |
La primera media hora de borrachera plena de acierto y buen juego le bastó a Osasuna para finiquitar un encuentro que se presumía bastante más complicado a priori, pero que se convirtió en una auténtica fiesta para la grada. El juego directo rojillo se les atragantó a los colchoneros, nefastos en la defensa de balones aéreos, que no se enteraron de qué iba la fiesta.
Los rojillos dieron con la tecla que les faltó frente al Getafe, la de la eficacia, generando una cascada de ocasiones claras y llevando un peligro continuado en las acciones de estrategia. Hacía tiempo que El Sadar no vivía semejante primera mitad y el público premió a los suyos con una sonora ovación cuando se retiraron a vestuarios.
Aparte de los tres goles, los de Camacho protagonizaron hasta otras tantas oportunidades que llevaban marchamo de gol, pero Asenjo estuvo en su sitio, sin que se le pueda achacar culpa alguna en ninguna de las dianas. No se puede decir lo mismo de sus compañeros, especialmente los que ayer formaron la línea zaguera madrileña. Imprecisos en la anticipación, descolocados a la hora de provocar el fuera de juego y muy nerviosos, multiplicaron los malos números que llevan acumulados en la presente campaña. Dieron muchas facilidades y esta vez los locales no perdonaron.
El punto de mira rojillo, además, se posó sobre la diana en la primera llegada. Eso dio mucha confianza a la escuadra navarra y obligó a los del Manzanares a salir en pos del empate. Fue el momento en el que se coció el devenir del partido. A Agüero se le escapó un balón de esos que no suele fallar y podía haber supuesto el empate, y Ricardo sacó dos balones a Santana.
De perdonar, el Atlético pasó a hundirse por completo. Otra vez Pandiani sacó tajada de las carencias defensivas colchoneras a balón parado. Y, apenas tres minutos más tarde, Aranda no dejó margen para una reacción visitante que, dicho sea de paso, tampoco daba la impresión de que se produjera.
El delirio de la grada se pudo incrementar todavía más si dentro de la anarquía colchonera Juanfran hubiera sabido sacar provecho en una pelota que se quedó franca en sus botas cuando Asenjo estaba fuera de su portería, pero la vaselina del de Crevillente se fue muy arriba.
A guardar la ropa
Hechos los deberes cum laude en el primer periodo, Osasuna se limitó a sobrellevar los segundos cuarenta y cinco minutos. Sin olvidarse de la presión que tan buenos frutos les había dado antes del descanso, centraron su esfuerzo en contener las obligadas acometidas de los de Abel Resino y buscando la salida en velocidad, sin olvidar los envíos largos, que siguieron haciendo mucho daño en la defensa visitante.
El reguero de ocasiones se vio frenado por la claridad del electrónico y sólo la vergüenza profesional de Cléber Santana -el único que lo intentó, junto a Agüero por parte colchonera- llevó cierto riesgo a la meta defendida por Ricardo.
El brasileño y Agüero, que buscó el gol de la honra con ahínco pero ahí se encontró con el cancerbero madrileño, fueron lo único salvable de un equipo decepcionante y que fue un juguete en manos rojillas.
La segunda victoria casera consecutiva provocó que los rojillos se instalen en la zona templada de la clasificación, concretamente novenos. Los de Camacho encabezan un grupo de cuatro equipos -Athletic, Almería y Getafe- que acumulan una decena de puntos.
Satisfecho por el resultado y, sobre todo, por el trabajo de los suyos, José Antonio Camacho quiso dejar claro que el encuentro de ayer no fue muy diferente al que les midió a Sevilla o Getafe. «La única diferencia está en el gol porque el trabajo hecho está ahí y debemos continuar por esta misma línea», reseñó.
«La primera parte ha sido muy buena, con las ideas bastante claras -prosiguió-, llegando a gol. Para ir al descanso 3-0 con un equipo como el Atlético de Madrid, tienes que jugar muy bien y hacerlo perfecto».
El de Cieza aventuró un futuro prometedor para el equipo «porque lo veo con mucho ritmo y ganas, eso se palpa en los entrenamientos de entre semana» y aseguró que los goles «no sólo te dan puntos, sino también mucha moral y capacidad de trabajo».
Camacho no sólo destacó la capacidad ofensiva de la escuadra navarra, sino también su balance defensivo. «El Atlético tiene unas muy buenas individualidades y teníamos claro que había que defenderles desde muy arriba, como haremos ante el Barcelona. Nosotros lo trabajamos, pero luego ahí está el contrario... En Pamplona estamos obligando a los rivales a cambiar su manera de jugar», indicó.
Por el lado atlético, su técnico, Abel Resino, no pudo ocultar los errores, pero también buscó en «una mala racha» las razones de la derrota. «El fútbol está siendo muy injusto con nosotros, hemos dispuesto de un buen número de ocasiones, el Kun pudo conseguir el empate en la primera parte y ello hubiera cambiado el signo del partido. Sabíamos que Osasuna era un equipo aguerrido y la falta de tensión la acabas pagando». N.M.