Representantes de los arrantzales vascos se mostraron ayer conformes «en principio» con el nuevo reglamento de control de la pesca, que contempla medidas como el «carné por puntos», sobre el que precisaron que desconocen aún el artículado y en qué téminos se establecerán las infracciones según su nivel de gravedad.

De la nueva norma, consensuada ayer por los ministros de Pesca de la UE, ha trascendido que contempla sanciones de hasta 300.000 euros por infracciones graves, así como que Bruselas podrá retirar ayudas económicas a aquellos estados que incumplan leyes pesqueras. Hasta la fecha la CE no podía actuar de esta forma en el ámbito pesquero, aunque sí en el caso de la Agricultura, en el que existen liquidaciones de cuentas y devolución de ayudas en caso de irregularidades. Sin emabrgo, es precisamente este punto el que menos credibilidad suscitó entre representantes del sector como el presidente de la cofradía de Pescadores de Bizkaia, Iñaki Zabaleta, que manifestó abiertamente sus dudas sobre que se sancione a algunos estados.

«Personalmente creo que es bueno o al menos debería serlo, pero depende de cómo se articule», manifestó a GARA. A juicio de Zabaleta es positivo que se controle y sancione la pesca ilegal, aunque considera «absurdo» que se sancione por cuestiones administrativas.

«Cuando el tema es que no se respetan cuotas» o «no te corresponde esa pesquería» Zabaleta considera adecuado que se sancionen faltas graves a través de puntos, pero insiste en que «por navegar con algún fallo me parece absurdo».

Tras un debate que se ha prolongado durante casi un año, el texto que suscitó el consenso de los Veintisiete en la madrugada del martes pasará ahora a los estados de forma que se espera que entre en vigor en el año 2011, algo más tarde de lo que pretendía Bruselas, con el objeto de dar más tiempo a la adecuación legala a la nueva normativa.

La medida más novedosa, el conocido como «carné por puntos», funcionará de forma inversa al régimen que regula el carné de conducir. En el caso de los pescadores, serán las infracciones cometidas las que sumen puntos hasta que llegados a un número determinado podrán suponer la retirada de la licencia. El texto prevé también varias notificaciones previas a la retirada definitiva de la licencia, que se traducirán en la suspensión de permiso para faenar durante dos, cuatro, ocho y doce meses.

Por su parte, Eugenio Elduayen, presidente de la Cofradía de pescadores de Gipuzkoa, aseguró a GARA que una normativa de este tipo siempre es bienvenida si su aplicación y cumplimiento es igual para todos. «No nos parece nada del otro mundo», manifestó Elduayen, quien remarcó que también ahora existen normas pero «hay algunos que escapan a ellas».

Elduayen avanzó que habrá que leer con detenimiento la «letra pequeña» de la normativa, cuyo borrador esperan recibir en los próximos meses.

Algunos estados, como el caso del español, han saludado el nuevo reglamento por lo que supone de una nueva reglamentacioón que unifica reglamentaciones dispersas, evita problemas burocráticos y actualiza reglas que tenían 15 años.

Al margen del descontento en el movimiento ecologista y entre los armadores, la voz más crítica con el anuncio del nuevo reglamento llegó desde Galicia. Los pescadores gallegos pidieron que no se les aplique el nuevo sistema de «carné por puntos» y reclamaron una gestión diferenciada con respecto a la flota de arrastre y altura. Argumentan que la flota artesanal que faena cerca de la costa ya cuenta con medidas de control como el que se realiza en las lonjas y por parte de las organizaciones internas que funcionan por topes de capturas. Opinan que la medida «con miles de barcos de flota pequeña tampoco sería efectiva».

Los armadores gallegos, por su parte, abogaron por controlar más el producto que procede de terceros países. Aceptan las normas, «pero para todos», según precisan, «porque no se pueden imponer normas a la flota europea mientras sigue entrando pescado de terceros países sin ningún tipo de medida más allá de las higiénico-sanitarias».