France Télécom suspende las medidas de reestructuración después de 25 suicidios
El operador de telefonía France Télecom anunció ayer la suspensión hasta fin de año de las de medidas de reestructuración de personal tras haberse producido 25 suicidios entre sus trabajadores en año y medio.
GARA
El operador francés de telefonía France Télécom anunció ayer la suspensión de las reestructuraciones de personal en la empresa a causa de la oleada de suicidios que ha costado la vida a 25 trabajadores en algo más de año y medio.
Esta suspensión durará al menos hasta finales de año, salvo en casos considerados de «fuerza mayor», como el cierre de tiendas, indicó el responsable de recursos humanos, Olivier Barberot.
La dirección prevé también no seguir con las listas de rendimiento individualizadas de los trabajadores, un instrumento duramente criticado por los sindicatos. Los representantes sindicales reclaman además otras medidas, como rebajar los objetivos individuales y las nuevas contrataciones para mejorar las condiciones laborales. El anuncio de estas medidas coincide con el de los sindicatos de una jornada de movilización.
Aviso sindical
Los representantes de los trabajadores habían advertido de que los planes de reestructuración y ahorro de costes de la multinacional empeoraban considerablemente las condiciones laborales de los trabajadores.
La operadora ha enviado a sus empleados una encuesta de carácter anónimo para que los trabajadores del grupo valoren las condiciones laborales y el estrés en el puesto de trabajo.
A principios de mes, France Télécom ya había anunciado la suspensión hasta final de año todas los traslados de empleados previstos en los planes de reestructuración del grupo. Aun así, el último suicidio tuvo lugar el pasado jueves. Se trataba de un ingeniero de 48 años que trabajaba en el centro de Lannion en Bretaña. Llevaba de baja más de un mes y se ahorcó en su domicilio.
Estas muertes han puesto en cuestión los métodos del gigante de las telecomunicaciones para adaptar un antiguo monopolio público, aún compuesto en un 65% por funcionarios, al nuevo mundo ultracompetitivo de la telefonía e Internet.
Los testimonios de los asalariados describen controles muy rigurosos del personal, en particular, del tiempo de descanso, presiones insoportables para ganar en productividad y deshumanización de las relaciones en la empresa.