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París celebra el legado de dos genios del cine: Fellini y Truffaut

El director, crítico de cine y actor francés François Truffaut murió tal día como hoy hace 25 años. Paralelamente, la película «La Dolce Vita», de Federico Fellini, cumple 50 años. París se rinde a los dos cineastas con exposiciones, conferencias y actividades en su memoria.

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GARA | PARÍS

Truffaut y Fellini. Uno de los creadores del Nouvelle Vague el primero. Director de un clásico como «La Dolce Vita», que significó el salto del neorrealismo al simbolismo, el segundo. Dos cineastas coetáneos a los que París rinde homenaje durante los próximos meses.

El director, crítico de cine y actor francés François Truffaut (1932-1984), referencia permanente para cineastas, desapareció hace 25 años. Este cineasta que causó sensación en el Festival de Cannes en 1959 con su ópera prima, «Los 400 golpes», y ganó el Óscar a la mejor película extranjera con «El Último Metro» (1980), forma parte de ese Olimpo de cineastas que es referencia absoluta para cinéfilos y realizadores.

Fue uno de los primeros en introducir abundantes elementos autobiográficos en su obra. Época en la que André Bazin (1918-1958), cofundador de «Cahiers du Cinéma», jugó un papel fundamental en la vida del futuro crítico y realizador, hijo de madre soltera y padre desconocido, que, de niño, huyendo del inexistente afecto materno, encontró refugio definitivo en el cine y la literatura.

De su pasión por el cine, el fundador del cine club «Le Cercle Cinémanie», en 1948, con apenas 16 años, recordaba que sus primeras doscientas películas las había visto «en situación de clandestinidad».

Aunque no fue el único ni el primero en denostar la situación del séptimo arte en el Estado francés tras la Segunda Guerra Mundial, su artículo «Une certaine tendance du cinéma français», publicado en el número 31 de «Cahiers du Cinéma», en 1954, se considera fundador de la Nouvelle Vague. Algunos historiadores consideran al autor de «Jules et Jim» (1962), «Domicilio conyugal» (1970) o «La piel dura» (1976) como «el gran estilista» de esta corriente cinematográfica, frente a Jean-Luc Godard, experimental y rompedor enfant terrible; o Alain Resnais, estudioso del montaje y poeta de la imagen.

«Tutto Fellini!»

Por su parte, París dedica desde ayer una exposición a Federico Fellini en el Jeu de Paume. «Fellini, la Grande Parade» es una retrospectiva completa de su obra en la Cinemateca Francesa. Además, hasta el mes de enero, se han programado un sinfín de encuentros, actos y coloquios, con ocasión del inminente cincuenta aniversario de «La Dolce Vita».

El comisario de la exposición, Sam Stourdzé, resalta en su catálogo cómo el cine de Fellini superó el neorrealismo de donde procedía, y sus «estrictas características», para inventar un arte único y personal, a veces autobiográfico e introspectivo. Un arte donde el circo y sus payasos dan vida a figuras del mundo real más o menos deformadas, esenciales en este cineasta para quien rodar un filme era como «vivir en un circo», recordó. Como complemento a la muestra, la Cinemateca Francesa celebra hasta el próximo 20 de diciembre una retrospectiva con toda la obra del maestro, salpicada de diferentes encuentros sobre su vida y su obra. Hoy, una esperada primera mesa redonda prevé reunir a las actrices Anouk Aimée y Claudia Cardinale con el ex director del diario «Liberation», Serge July, en un encuentro animado por el director de la Cinemateca.

MESA REDONDA

En homenaje a Fellini, una esperada primera mesa redonda prevé hoy reunir a las actrices Anouk Aimée y Claudia Cardinale con el ex director del diario «Liberation», Serge July, en un encuentro animado por el director de la Cinemateca, Serge Toubiana.

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