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40 años después, Erandio sigue exigiendo justicia para Murueta y Fernández

Cuarenta años después de la muerte por disparos de la Guardia Civil y Policía Armada de los vecinos de Erandio Anton Fernández y Josu Murueta, sus familias, así como Ahaztuak y LAB, exigen que se depuren responsabilidades y se repare la injusticia cometida con estas víctimas del franquismo. El sábado habrá un acto de recuerdo en el pueblo.

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Agustín GOIKOETXEA

Hoy se cumplen cuatro décadas de la noche en la que Anton Fernández, de 54 años, recibió un balazo en la cabeza mientras observaba desde el balcón de su vivienda, en la erandiotarra calle Obieta, las protestas contra la contaminación atmosférica que Guardia Civil y Policía Armada trataban de abortar. Pocos días después falleció y una enorme losa trató de ocultar las circunstancias de su muerte. Como la de Josu Murueta, al que un disparo alcanzó el abdomen y perdió la vida el 29 de octubre de 1969 en el transcurso de las movilizaciones convocadas para denunciar la represión policial contra miles de vecinos que reclamaban un aire para respirar.

La contaminación atmosférica generada por las industrias químicas en ambas márgenes del Ibaizabal comenzó en el inicio de los años 60 del siglo pasado a ocasionar enfermedades de garganta y pulmón en localidades como Erandio y Barakaldo. Las protestas no se hicieron esperar, especialmente después de que el 3 de setiembre de 1969 una densa nube de humo, a modo de espesa niebla y con un fuerte olor a amoníaco, invadiera los barrios de Altzaga y Astrabudua.

Más de 1.000 erandiotarras se concentraron en la actual Plaza del Ayuntamiento y marcharon hasta la carretera de la Ría, que cortaron hasta que la Guardia Civil hizo acto de presencia. El médico José María Dermit Saralegui, teniente alcalde franquista, prometió soluciones, asegurando que había comunicado con el gobernador civil para que aclarase responsabilidades con las empresas que pudieran haber vertido los gases. La protesta duró hasta la noche en la plaza consistorial, vigilada por las FSE.

El 6 de octubre, a las 22.00, más de 2.000 personas salieron a la calle al grito de «Gases no». Cortaron de nuevo la carretera de la Ría con dos barricadas de troncos, bidones y otros materiales. Se produjeron cuatro heridos por las cargas de guardias civiles y policías armados, y por si fuera poco un coche arremetió contra los manifestantes, que permanecían sentados pacíficamente en la calzada.

Tal era la tensión que Dermit tuvo que trasladarse a Erandio para tratar de apaciguar los ánimos a las 23.25. Sus promesas no convencieron a los erandiotarras y, en torno a la 1 de la madrugada, la Policía empleó mangueras de agua para disolver a los manifestantes, que se adentraron por las calles Obieta y Jado. Desde los balcones, algún vecino arrojó objetos a los agentes.

Las protestas continuaron hasta que las balas alcanzaron el 28 de octubre de 1969 a Anton Fernández en el balcón de su domicilio, en la calle Obieta. Por la mañana, más de 2.500 trabajadores se declararon en huelga y salieron a la calle. Cerca de Ategorri, Josu Murueta, de 31 años, recibía un disparo en el abdomen y fallecía por la noche; otra persona también fue alcanzada por las balas.

Ahora, al cumplirse el 40º aniversario de aquellos trágicos sucesos, en los primeros meses de Pilar Careaga como alcaldesa de Bilbo -al que estaba anexionado Erandio-, Ahaztuak, LAB y un grupo de vecinos pretenden recordar la movilización popular de entonces. Una movilización que Iratxe Azkue, de la central abertzale, afirmó que «puso los pilares del movimiento ecologista vasco». Además, resaltó «el vital papel que desempeñaron las mujeres puesto que fueron las madres, con sus niñas y niños recogidos de las escuelas, las pioneras de la lucha».

Martxelo Álvarez, de Ahaztuak, recordó que no sólo los represaliados de la guerra de 1936 son víctimas del franquismo, sino también los del 3 de Marzo de Gasteiz o los de la «masacre de Erandio». «En esto de la memoria histórica parece que hay víctimas de primera, segunda... y luego los que no lo tienen claro, como en el caso de Erandio», manifestó. Recalcó que los actos de homenaje a Anton Fernández y Josu Murueta han sido escasos; citó el acuerdo del Consistorio eran- diotarra de poner a una plaza de Astrabudua el nombre de la segunda de las víctimas.

Álvarez incidió en que, 40 años después, ha llegado el momento de avanzar en el esclarecimiento y reparación de unos hechos y unas víctimas olvidadas deliberadamente.

Dos charlas y un homenaje recordarán a las víctimas

Dos charlas, hoy y mañana, así como un homenaje el sábado en la plaza de Astrabudua que lleva el nombre de Josu Murueta, tratarán de homenajear y reivindicar la memoria de estas víctimas del franquismo.

Hoy, a las 19.00, en la sala Josu Murueta de Astrabudua se desarrollará un vídeo-fórum sobre «Otras víctimas», con la participación de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo de 1976 en Gasteiz. Al día siguiente, en los bajos de la casa consistorial de Erandio, a las 19.00, miembros de Ahaztuak hablarán sobre «Hacer memoria. Hacer justicia».

El acto central de estas jornadas con motivo del 40º aniversario de los trágicos sucesos tendrá lugar el sábado, a partir de las 13.00, en la plaza Josu Murueta, en el barrio erandiotarra de Astrabudua. Allí homenajeará a todas las víctimas de aquellos hechos, no sólo a las mortales y sus familiares, también a todos los heridos por disparos de la Policía. A.G.

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