El movimiento pro-amnistía ha salido al paso del apoyo dado por Nafarroa Bai a la tramitación de la Ley de Víctimas del Terrorismo en su primera votación, celebrada el jueves en el Parlamento. Considera «totalmente denunciable» esta posición, que NaBai presentó como un gesto para que en la tramitación de la norma pueda incluirse a víctimas de otras violencias al margen de la de ETA.

Patxi Zabaleta, portavoz de la coalición, aludió en concreto a las víctimas de fenómenos de guerra sucia como el BVE y los GAL, a los represaliados por el franquismo y también a quienes han sufrido la violencia policial, como el joven Mikel Iribarren. En la réplica, el PSN -pro- tor de la proposición de ley- rechazó la posibilidad de incluir a víctimas del franquismo y la violencia policial, y dejó abierta la puerta sólo en el caso de los GAL o el BVE.

Tras este debate inicial, el movimiento pro-amnistía pregunta «si alguien cree que esta ley tendrá en cuenta a los cientos de torturados navarros. ¿Cómo pensar que recogerá el testimonio de Alain Berastegi? ¿Quién es el iluso que cree que recogerá los casos de, por ejemplo, los navarros Josu Beaumont y Pernando Barrena, encarcelados por hacer política? ¿Qué dirá esta ley sobre la política penitenciaria? ¿Hará mención a las víctimas navarras de la dispersión?», añade la nota.

«Está claro que la respuesta a todas esas preguntas es negativa -se responde el movimiento pro-amnistía-. El PSOE utiliza la tortura, lleva a cabo la guerra sucia, encarcela a personas por realizar un trabajo político, y fue el PSOE quien puso en marcha y a día de hoy gestiona una criminal política penitenciaria. ¿Quién es el PSOE en Euskal Herria para dar lecciones sobre respeto a los derechos humanos?».

Para este movimiento pro-amnistía, «la `toma de consideración' de la Ley de Víctimas es un intento más de desvirtuar el conflicto político que vive Euskal Herria con los estados español y francés. Este acuerdo, por mucho que Nafarroa Bai intente en un futuro que incluya a ciertas víctimas de la guerra sucia o la violencia policial, tiene como objetivo volver a poner encima de la mesa el esquema de demócratas y violentos y mostrar a los primeros como víctimas de los segundos. Quieren dibujar una realidad sesgada», afirma antes de recalcar que la violencia estatal es «estructural».