El Real Unión recibe esta tarde al Celta, uno de esos equipos heridos en su propio orgullo tras varios años a la deriva al no terminar por encontrar su verdadero sitio en la categoría de plata. Y estos conjuntos suelen ser los más temidos.

Los celestes, dirigidos por Eusebio Sacristán, finalizaron la temporada anterior en decimoséptima posición, a cinco puntos del descenso a Segunda B, y esta campaña la han comenzado de forma irregular, ocupando el decimonoveno puesto -en zona de descenso-.

No obstante, los gallegos llegan con la moral muy alta tras la buena imagen ofrecida ante el Rayo el fin de semana pasado en Liga -lograron un empate a cero- y contra el Tenerife en la ida de los dieciseisavos de final de Copa -vencieron 2 a 1-.

Los unionistas, por su parte, dentro de los frentes abiertos que tiene con más de un conjunto de Segunda, tendrá la oportunidad de resarcirse de la derrota cosechada en Copa esta temporada ante el Celta en Balaídos. Aunque será un partido totalmente diferente al disputado en feudo vigués.

Si el Unión quiere comenzar a sacar los partidos de Gal con tres puntos, los jugadores irundarras deberán «evitar fallos de concentración durante los 90 minutos». Así lo reconocía ayer el entrenador Iñaki Alonso.

Y es que la derrota de Cádiz de la semana pasada -2-1 con dos errores de concentración- «ha dolido» en el vestuario unionista. Es por ello que el técnico vizcaino señaló que el duelo de hoy hay que tomárselo con una «confianza suprema». Una victoria esta tarde devolvería la motivación a Irun.

Cambios en los dos onces

Respecto a los dos once iniciales, Alonso podría dar entrada a Gabarain en el lateral izquierdo y a Larrainzar en el centro de la defensa tras varias semanas sin jugar ambos, además de sacar a Markel Robles en sustitución del lesionado Montoro. En la delantera, en cambio, Gorka Brit podría ser el hombre que acompañe a Goikoetxea.

En el Celta, por su parte, Sacristán se encuentra con un «problema», ya que el magnífico rendimiento de los «teóricos» suplentes en Copa le hará dudar entre repetir el once que «mareó» durante muchos minutos al Rayo o darle una oportunidad a jugadores como Michu o Dani Abalo.