Baltasar Garzón se planta ante la ONU. Sí, no hay otra con las mismas siglas, se trata de la Organización de las Naciones Unidas. La prepotencia del personaje sólo tiene parangón con lo endeble de los argumentos que emplea para encarcelar con ánimo vengativo a quienes representan a buena parte de la sociedad vasca. Garzón no se representa ni a sí mismo. Los títeres se mueven según el antojo del titiritero.