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Un testigo afirma que Yllanes estaba «borracho» y otro que no lo vio así

Un amigo de José Diego Yllanes que estuvo bebiendo con él la noche del 6 al 7 de julio de 2008 testificó ayer que el autor de la muerte de Nagore Laffage estaba «bastante borracho», pero precisó que «no estaba borracho como para hacer una barbaridad». Por su parte, un compañero de trabajo a quien Yllanes pidió ayuda después de matar a la joven declaró que no advirtió en él muestras de estar borracho.

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Iñaki VIGOR

La noche en que Nagore Laffage fue asesinada, José Diego Yllanes y su amigo Daniel Gómez estuvieron juntos en la zona de la cuesta del Labrit durante más de tres horas, desde la una hasta pasadas las cuatro de la madrugada, aproximadamente. Así lo testificó ayer el propio Sánchez durante la tercera jornada de la vista oral, quien precisó que habían bebido dos cubatas de Coca-cola con ron y un chupito de tequila cada uno.

El amigo de Yllanes dijo que éste «llegó sobrio» a la zona de bares del Labrit y que luego se puso «bastante borracho». A preguntas del fiscal, precisó que hacía esa afirmación «por el tipo de cosas que dijimos e hicimos, como orinar en la barra del bar Cavas», y añadió que «él estaba más borracho que yo» pero «no estaba borracho como para hacer una barbaridad».

Tras señalar que ambos se separaron entre las cuatro y las cinco de la madrugada, Gómez reconoció que a las 6.31 recibió un mensaje a su teléfono móvil del propio Yllanes en el que éste le preguntaba dónde estaba una de las amigas con las que habían estado antes.

También recordó algunos comentarios que le hacía José Diego Yllanes en el sentido de que «le gustaban mucho las mujeres» y tenía «éxito» con ellas. No obstante, dijo que «no tenía obsesión» por las mujeres y que tampoco era una persona agresiva ni le había visto «nunca» enfrentarse a nadie.

«Ha sido una persona normal y buen amigo, y jamás hubiera pensado que llegara a suceder algo así. Era normal en las relaciones afectivas, un estupendo amigo y una gran persona», dijo en respuesta a las preguntas de la defensa, para añadir que «no era machista» y que tampoco consumía drogas ni iba con prostitutas.

José Diego Yllanes dio muestras de emoción y lloró en varios momentos durante la declaración de su amigo, que se prolongó durante casi una hora.

«Complicado para maniobrar»

Durante la sesión de la tarde testificó Guillermo Mayner, compañero de trabajo de Yllanes en la Clínica Universitaria a quien pidió ayuda tras estrangular a Nagore Laffage. A preguntas del fiscal, Mayner declaró que no advirtió en Yllanes muestras de estar borracho, y que le notó «muy nervioso y angustiado».

Cuando ambos se juntaron, a media mañana del 7 de julio de 2008, Mayner vio a Yllanes como «una persona extremadamente ansiosa y angustiada», pero no le dio la impresión de que estuviese bajo los efectos del alcohol.

Guillermo Mayner recordó que Yllanes esta «retorcido en el asiento» del coche, que le habló de «una chica» y que el alcohol le sentaba «muy mal», y que también comentó que «ella le pegó primero».

Con anterioridad, en la sesión de la mañana, testificaron dos agentes de la Policía Municipal y otros dos de la Policía Foral que actuaron en los primeros momentos de la investigación de los hechos. Todos ellos recordaron que había un «fuerte olor a amoniaco» en el piso de la calle Sancho Ramírez, a donde acudieron después de que Yllanes ya hubiera bajado el cadáver de Nagore Laffage al coche de su padre para llevarlo a una zona cercana a la localidad de Orondritz, en Erroibar.

A preguntas realizadas por las acusaciones para tratar de determinar si Yllanes estaba influenciado por el alcohol, los agentes coincidieron en que el garaje de ese bloque de viviendas era «estrecho» y «complicado» para maniobrar.

Tres consumiciones

Un amigo de José Diego Yllanes que estuvo bebiendo con él la noche del 6 al 7 de julio de 2008, antes de la muerte de Nagore Laffage, declaró que bebieron dos cubatas de Coca-cola con ron y un chupito de tequila.

«Muy nervioso»

Un compañero de trabajo a quien el acusado pidió ayuda tras acabar con la vida de la joven irundarra declaró que no había advertido en él muestras de estar borracho, y sí «muy nervioso y angustiado».

Cuando trasladaba el cadáver conducía de forma «normal»

En la sesión de ayer también testificó un vecino de la zona de Orondritz que conducía un tractor y se cruzó en la carretera con el coche en el que supuestamente José Diego Yllanes trasladaba el cadáver de Nagore Laffage, y recordó que conducía de forma «normal».

Por su parte, la vecina de Orondritz que halló el cadáver de la joven irundarra declaró que éste se encontraba sin enterrar, ya que apreció claramente su espalda. Así lo corroboró uno de los agentes de la Policía Foral que acudió posteriormente a la zona, quien explicó que el cuerpo de la joven irundarra «no estaba especialmente escondido».

En la sesión de la tarde declaró el padre de José Diego Yllanes, quien recordó que instó a su hijo a presentarse a la Policía y que lo localizaron la tarde de aquel 7 de julio en el paraje de Sorogain. «Estaba en la parte de atrás del coche, tiritando, hipotérmico, muy ofuscado, diciendo que había hecho una barbaridad, que quería morir y se quería suicidar», manifestó.

Por otro lado, ayer fue prohibida la concentración de apoyo a la familia de Nagore Laffage, junto al Palacio de Justicia, con el argumento de que podía influir en las declaraciones de los testigos. I. V.

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