Raimundo Fitero
Opinión
Nadie está invalidado para opinar libremente de lo que le venga en gana. Todos tenemos nuestras fobias y filias, y hay individuos que por su relevancia, su insistencia, su protagonismo nos producen rechazo irracional. Pero ni esos tiene la facultad de estar siempre equivocados, que sería casi lo mismo que ser infalibles, pero al revés. Por lo tanto, aunque lo diga José Bono, utilice un lenguaje un poco rotundo y crispante, desde el punto de vista de un individuo que se considere vinculado de alguna manera por cuestiones emocionales, administrativos o simplemente por hábito o tradición a la televisión pública estatal, el canal internacional que se ve por el mundo entero de TVE, tiene una programación vergonzosa.
La opinión del actual presidente del Congreso español de los diputados, es sensata y la apoyan todos aquellos que por cualquier razón hayan buscado en su hotel un canal con ese vínculo y que compruebe como, salvados los telediarios que se acostumbran a emitir en directo, es decir en horario peninsular, el resto son rellenos, restos de series, algunas de ellas, auténticos fracasos en su emisión normal y que en la internacional solamente ocupan parrilla, un tiempo precioso, porque no contabilizan su visionado, o su no visionado.
Total, que está fuera de lo pertinente el cabreo de los representantes de los trabajadores del ente estatal. Una opinión no se contradice con descalificaciones, sino con argumentos, y no se han escuchado ni leído. Se sienten ofendidos, pero probablemente no son sufridores directos de esa programación absurda y vergonzante. Y en cualquier caso, aunque sea de una alta autoridad del entramado institucional, es un ciudadano que ha dado una opinión y eso es un derecho que tiene. Yo dirá que opinar libremente es un deber de un ciudadano democráticamente involucrado, y si tiene influencia y efectos correctores, mejor para todos. No todo es pedir más financiación, también es utilizar mejor los recursos. Y, sobre todo, hacerles pensar a los responsables de contenidos que se compite con otros doscientos canales y debe tener un mínimo de interés la programación internacional para que no sea un despilfarro.