No somos un pueblo de chivatos
Un episodio cotidiano, sin aparente importancia, pero cada vez más habitual, sirve de eje sobre el que la autora desarrolla su artículo: la denuncia de un ciudadano anónimo provoca que dos agentes de la Ertzaintza identifiquen y registren a un hombre que duerme en la calle. Ése es su delito, ser víctima de un sistema cruel y despiadado que coloca a miles de personas frente al abismo de la indigencia mientras inculca a la sociedad una falsa obsesión por la seguridad en la que la delación se convierte en un valor en alza.
El tradicionalismo se instala en la iglesia, de Baiona a Donostia
El deporte y la Iglesia nos curarán, nos harán españoles
En lo del aborto aún andan las mujeres explicando que son partidarias de que en sus ovarios no entre nada que ellas no quieran y mucho menos los rosarios de sus santidades
Itzulia eta gorria!
Mikel Zabalza y Jon Anza
Mientras una de las partes del conflicto ha reconocido siempre su responsabilidad, la otra ha blandido el negacionismo como bandera, y seguirá sin duda blandiéndolo si no se articulan medios eficaces para impedirlo
Elkartasunetik ekin autodefentsari!
Oso kontziente gara emakume izatearen arriskuez, eguneroko beldur eta erasoez, baina autodefentsan sinesten dugu, gure burua defendatzeko dugun gaitasunean, eta ez dugu salbatzaileen zain egoteko asmorik