Eusko Alkartasuna apuesta abiertamente por la creación de una alianza estratégica del independentismo de izquierda en Euskal Herria bajo la premisa de que sus instrumentos de intervención sean únicamente «políticos y pacíficos». Y entre las tareas que el partido se impone para su desarrollo a corto o medio plazo se encuentra el que esta plataforma «pueda tener su refrendo por parte de la sociedad vasca», en lo que puede entenderse como un intento de que tenga reflejo electoral.

Además, la unidad estratégica de la izquierda independentista que propugna EA estaría abierta al trabajo conjunto con «otras fuerzas abertzales o soberanistas que defiendan el derecho a decidir del pueblo vasco». Es decir, aquellas que no sean independentistas o de izquierda pero que quieran trabajar en común hasta alcanzar un marco «en el que se reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo vasco y la plena libertad para todos los partidos políticos en la defensa democrática de sus principios y programas».

Estas ideas se recogen en la llamada «Propuesta base de Eusko Alkartasuna para la activación de un acuerdo soberanista a favor de la independencia de Euskal Herria» y que es la conclusión del debate abierto en las bases del partido tras la celebración del último congreso en junio. Pocas semanas después se anuncio el inicio de un proceso participativo entre cargos internos, públicos y militantes para fijar su propuesta para agrupar fuerzas.

Su secretario general, Pello Urizar, fue el encargado de dar a conocer el contenido de este documento en el marco de la Conferencia Política de EA organizada ayer en el Palacio Miramar de Donostia.

Esta apuesta de EA por la búsqueda de espacios comunes con otras formaciones independentistas y su decisión de no concurrir en coalición con el PNV en las pasadas elecciones autonómicas le costaron la confirmación de una escisión de los sectores críticos en vísperas del último congreso.

Redada del 13 de octubre

En su propuesta base, EA considera que «se hace imprescindible» una «confluencia del soberanismo independentista». Y, a su entender, «el temor del Gobierno español a que esa apuesta llegue a concretarse en una realidad política y/o electoral» es el origen de las detenciones de dirigentes de la izquierda abertzale el pasado 13 de octubre. Un «ataque en toda regla contra la posibilidad de establecer una estrategia que permita impulsar un nuevo modo de `hacer' nación desde la acción política exclusivamente democrática, además de un atropello a los derechos básicos de las personas detenidas».

Ante las posiciones que el PSOE marca en el Estado español, EA considera necesario que quienes deseen «una Euskal Herria libre y unida» se dejen de «actitudes pusilánimes» y pasen a creer en sus aspiraciones. Hay que buscar «un instrumento que sirva de motor de la independencia de nuestro país», que sea «amplio y plural» y que al mismo tiempo trabaje desde una «óptica de progreso y justicia social».

«Es la hora»

En el documento se recoge que «es la hora de la unidad de acción para trasladar a todas las instituciones la realidad social y política, la mayoría abertzale que se intenta ocultar mediante la aplicación de la Ley de Partidos». La hora de «defender todos los derechos, para todas las personas y todos los pueblos. Es, sobre todo, la hora de la unidad de acción con proyección fundamental para construir una estrategia común entre los soberanistas independentistas que compartimos un proyecto político y socio-económico transformador de la realidad de Euskal Herria», concluye.

EA muestra su disposición «a arriesgar» en este camino, y desde sus «principios y señas de identidad» aboga por «la creación de un espacio común soberanista» para defender «el reconocimiento de la identidad nacional vasca y el derecho a crear un Estado propio en la UE; el euskara como lengua nacional y seña diferencial de la identidad de Euskal Herria; la de-fensa clara de los derechos fundamentales y de los Derechos Humanos en todo caso, exigiendo el cese de la violencia de ETA y los estados español y francés, a quienes se insta a cesar en la conculcación de los derechos de las personas presas como consecuencia del conflicto vasco, así como a asumir las decisiones democráticas adoptadas por el Pueblo vasco; y la justicia social desde parámetros progresistas de izquierda».