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Crónica | Dimisión por la guerra en Afganistán

El ministro de Defensa deja su cargo por ocultar información

Franz Josef Jung, ex ministro de Defensa y actual titular de Trabajo, deja esta cartera después de que se haya revelado que ocultó información sobre un bombardeo ordenado por las tropas alemanas en Afganistán. En el ataque murieron cerca de 150 afganos. El caso reaviva el debate sobre la retirada de los soldados alemanes. La oposición pide una comisión de investigación

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Ingo NIEBEL

Con la dimisión de su ministro de Trabajo, la canciller Angela Merkel (CDU) se ha quitado de encima uno de los problemas que su bipartito con el partido liberal (FDP) venía arrastrando desde que se formase el nuevo Ejecutivo hace apenas un mes. Entonces, su correligionario cristianodemócrata Franz Josef Jung dejó el Ministerio de Defensa en manos del cristianosocial Karl-Theodor zu Guttenberg para hacerse cargo del de Trabajo. Sin embargo, los muertos de Kunduz y su fatal política de comunicación le perseguían.

Negación y ocultación

Todo empezó a principios de setiembre cuando el coronel del contingente alemán en Kunduz (norte de Afganistán) ordenó el ataque aéreo contra dos camiones cisterna, supuestamente secuestrados por los talibán. El militar temía un ataque con coche bomba contra sus instalaciones. Basándose en fuentes de dudosa calidad y saltándose los procedimientos de la OTAN, llamó para pedir apoyo aéreo. En el ataque murieron o fueron gravemente heridas hasta 150 personas. En un principio, Jung negó rotundamente que hubiera víctimas civiles. Le salvó que el país se encontraba en plena campaña electoral y el respaldo en ese momento de Merkel.

La semana pasada, el diario sensacionalista «Bild» descubrió que el ministro poseía informaciones más veraces sobre lo sucedido, pero no las pasó ni al Ejecutivo ni al Parlamento. Por eso su posición se hizo cada vez más insostenible hasta que ayer decidió dimitir para «evitar dañar» a las Fuerzas Armadas.

Su sucesor en Defensa, Guttenberg, intentó ampliar su margen de maniobra despidiendo el jueves al comandante de las Fuerzas Armadas, el inspector general Wolfgang Schneiderhan, y a su secretario de Estado, Peter Wichert. Poco después de conocerse la dimisión de Jung, los medios de comunicación alemanes anunciaron que le sucederá la ministra de Familia, Ursula von der Leyen (CDU).

La oposición aplaudió la salida de Jung y ya está pensando en solicitar una comisión de investigación en el Parlamento, que debería esclarecer el bombardeo de Kunduz. De paso se vuelve a hablar de una retirada de Afganistán, aunque Guttenberg anunció que en enero se podría incluso duplicar el número de soldados en Afganistán. Eso significa que sigue con la política de Jung e incluso ha sido el primer ministro de Merkel que ha llamado al conflicto por su nombre: Krieg (guerra).

Más quebraderos

El bipartito de Berlín espera que con estas maniobras se haya quitado un obstáculo para ganar con mayor facilidad las importantes elecciones regionales de Renania del Norte Westfalia en mayo de 2010.

Pero a Merkel le queda aún otro grave problema por solucionar: su socio liberal se opone a que la ultraconservadora Erika Steinbach forme parte del consejo de la fundación Fuga-Desplazamiento-Reconciliación. El ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, opina que la cristianodemócrata, que preside la Federación de los Desplazados alemanes, puede dañar las relaciones con Polonia.

 

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