A pesar de que Irun no se puede denominar pueblo costero -por poco-, el Real Unión parece en estos momentos un barco a la deriva en una categoría en la que no logra coger el mando del timón. Tras tropezar con varios icebergs en estas primeras 13 jornadas ligueras, el conjunto de Iñaki Alonso se enfrenta esta tarde a otro rival duro de pelar como es el Nástic de Tarragona.

Los marineros, siempre que se echan a la mar para faenar, nunca olvidan a sus familiares ni el calor de su hogar, algo vital este último para descansar tras la vuelta del duro trabajo que supone la pesca. El Unión también necesita de su hogar, en este caso del Stadium Gal, para intentar enderezar el rumbo, salir de los puestos de descenso y alcanzar las plazas tranquilas de la clasificación liguera.

La afición, los jugadores y el técnico unionista llevan semanas explicando que Gal tiene que ser un fortín para el principal objetivo del club, que es la permanencia. Muchos puntos, demasiados, se han dejado escapar de su feudo, y cambiar esa situación parece tarea complicada en el encuentro de hoy. Y es que los tarraconenses llevan sumados fuera de casa 13 de los 19 puntos posibles, situación que Iñaki Alonso ha calificado como «un reto ilusionante» que deben afrontar «con optimismo».

La actual situación clasificatoria viene dada por los últimos dos resultados, un empate a cero en casa ante el Las Palmas y una dolorosa derrota por 3-0 ante el Murcia. No obstante, Alonso confía en superar al Nástic, siempre y cuando los jugadores unionistas jueguen como hace quince días contra los canarios.

Además del buen juego y el acierto de cara a portería, la familia unionista necesita más que nunca esa palabra que da nombre al club: unión. Y es que hace quince días un reducido sector de Gal profirió gritos contra Iñaki Alonso y silbidos hacia algún jugador al ser cambiado.

El técnico fue tajante y señaló que no lo va a permitir: «Lo que me ocurrió a mí no me preocupa, pero que le piten a un jugador es algo que me pudre y sobre lo que me voy a revelar porque es no saber dónde estamos». A pesar de ello, confió en que la afición seguirá animando hoy, ya que es «un público inteligente, que tiene que ser consciente de que hay que animar en los buenos y malos momentos». Asimismo, recalcó que «la magia» para mantener la categoría «pasa por la comunión entre afición y el equipo».

Cambios en el once

En el plano táctico, el vizcaino podría mantener un «trivote» en el centro del campo y presentar un once con cambios, ya que Gurrutxaga podría entrar por el sancionado Gabarain, mientras que Sanz y Domínguez jugarían por el lesionado Montoro y por Abasolo, que será duda hasta última hora.

El conjunto que dirige César Ferrando, por su parte, vendrá con el objetivo de seguir la típica media inglesa, pero en este caso fuera de casa. Los irundarras deberán parar esta progresión lanzando la red e intentando pescar los tres puntos.