
Declaraci�n de guerra del Nobel de la Paz
El discurso de aceptaci�n del premio Nobel de la Paz que ayer pronunci� Barack Obama en Oslo vino a confirmar lo que era un secreto a voces: la concesi�n del galard�n no va a desviar ni un �pice la pol�tica imperialista y de control global que desarrollan los Estados Unidos, agresiones e injerencias b�licas incluidas. El presidente norteamericano utiliz� la vieja m�xima de �si vis pacem para bellum� (�si quieres la paz, prepara la guerra�) para justificar el incremento de la presi�n militar en Afganist�n, con el env�o a la zona de 30.000 nuevos soldados, y lleg� a defender que �los instrumentos de la guerra tienen un papel que desempe�ar para mantener la paz�. Toda una declaraci�n de intenciones.
�Los reg�menes que violen las normas deben rendir cuentas�, dijo Obama. Olvid� el presidente dem�crata mencionar que esas normas no son otras que las que arbitrariamente se deciden en el despacho oval que �l mismo preside y aleda�os. Y aunque trat� de maquillar su alegato haciendo un, en apariencia, novedoso llamamiento al di�logo con los que denomin� �reg�menes hostiles�, acot� perfectamente el alcance de esta estrategia al asegurar que es partidario de actuar contra los estados que �rompen las reglas� mediante alternativas �lo suficientemente duras como para hacerles cambiar su comportamiento�. Es decir, las viejas recetas, las de Bush y sus antecesores, han terminado por imponerse al titubeante inicio de Obama en pol�tica internacional.
Confes� Obama en su discurso al mundo que sus �logros son escasos� en comparaci�n con otros galardonados anteriores con el Nobel de la Paz. No precis� si para hacer m�ritos se mirar� en el espejo de figuras como las de Martin Luther King y Nelson Mandela o si preferir� a otros premiados como Henry Kissinger y Mijail Gorbachov, pero pocas dudas caben ya de que su camino seguir� paralelo al que marcaron a hierro y fuego los l�deres pol�ticos y se alejar� del que aventuraron los defensores de los derechos de los pueblos.