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Crónica | II Jornadas de Empresas de Inserción

La crisis es un obstáculo para la reactivación del empleo

La crisis económica estuvo muy presente en las segundas Jornadas sobre las Empresas de Inserción. A pesar de que el presidente de Gizatea dijo que la recesión pone en valor a las mismas, la realidad es que están amenazadas por la crisis y se pidieron pautas de actuación para eludirla.

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Juanjo BASTERRA

La segunda Jornada de Empresas de Inserción de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, organizada por Gizatea, Asociación de Empresas de Inserción del País Vasco, no pudo eludir la crisis económica, que les está afectando de forma directa. El presidente de esa asociación, Alfonso López, insistió al comienzo del encuentro de que la crisis económica «pone en valor a las empresas de inserción». Pero Marivi San Juan, técnica de Acompañamiento en las Empresas de Inserción Amuitz, reconoció ante las preguntas del público respecto a la manera de combatir la recesión, que «hay que esperar a que pase», ya que después de tres años de acompañamiento a los nuevos empleados, «dejarles en manos del mercado es muy duro», por lo que reconoció que «durante el tiempo que estén en paro deben seguir formándose para que cuando pase la crisis puedan optar a un puesto de trabajo para el que se han preparado». La salida se basa en la espera, lo que para muchos trabajadores de esas empresas puede ser una auténtica desesperación, como se constató a lo largo del encuentro.

Concursos públicos

Se reclamó, no obstante, que dentro de la propia asociación Gizatea se cree una mesa de trabajo para responder a esta situación difícil. En este caso, Nieves Ramos, de la Federación de Asociaciones Empresariales de Empresas de Inserción (FADEI) a nivel del Estado español destacó la necesidad de impulsar líneas comunes de avance para las empresas de inserción y avanzó una serie de propuestas ante la crisis económica que afectan a diversos ámbitos.

Pidió que las administraciones públicas autoricen «la promoción de la inclusión de la inserción sociolaboral como actividad con entidad propia en los concursos públicos de la Administración», a la vez que se incluyan «cláusulas sociales que favorezcan la contratación» de este tipo de empresas.

En el ámbito de la fiscalidad, Nieves Ramos insistió en la necesidad de que se bonifiquen las cuotas a la Seguridad Social para la contratación de trabajadores; que haya incentivos «a las empresas ordinarias» que contraten a trabajadores procedentes de procesos de intervención en las empresas de inserción o subcontraten servicios a las mismas». La responsable de FAEDEI señaló la necesidad de «bonificar el 100% del Impuesto de Sociedades para esas empresas, si destinan esa cantidad a la reinversión en la estructura propia de la empresa». Entre otras cosas, también demandó, «líneas de financiación» que se adapten a este tipo de empresas, que ayudan «a la integración social y laboral de muchas personas».

En este contexto, al inicio del encuentro, que utilizó el eslogan «Aportando valor a la comunidad», director de Inclusión Social del Ejecutivo de Lakua, Pedro María Sánchez, pidió a los representantes de esas compañías que utilicen «la orden de los 7.000», es decir las ayudas para la contratación de los parados y de quienes reciban la Renta de Garantía de Ingresos, la antigua renta básica, para obtener ayudas extraordinarias para contratación en empresas de inserción. «No está escrito, pero no se computará los requisitos de mantenimiento de personal sobre el total de la plantilla para obtener esas ayudas, que puedan favorecer a las empresas de inserción. Os pido un esfuerzo para presentar proyectos, porque habrá fondos, que no serán todos para las administraciones públicas», precisó.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa existen 41 empresas de inserción, que emplean a 525 trabajadores y ofrecen 314 plazas de inserción. Entre todas ellas, facturan 14,3 millones, una cantidad importante, según explicó Alfonso López.

Según los datos, el importe que la Administración de la CAV se gasta en ayudas a empresas de inserción, «algo más de la mitad devuelven las propias empresas, 9.153 euros». El gasto total es de 16.200 euros por persona y el salario bruto anual es de 12.500 euros.

 

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