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«El éxito significa seguir ilusionándome con la idea de salir a mostrar canciones»

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Quique González

Músico

El madrileño Quique González lleva una carrera lúcida e impoluta que le ha permitido hacerse, paso a paso, con un prestigio entre los aficionados más exigentes. Tras algo más de diez años y ocho trabajos de carrera, «Daiquiri Blues», grabado en Nashville con Brad Jones, es su último lanzamiento. Hoy lo presenta en Kafe Antzokia de Bilbo en nueva fecha, tras agotar todo el papel para su directo de mañana.

Anartz BILBAO | BILBO

Tras el exitoso «Avería y redención #7», grabado con La Aristocracia del Barrio, Quique González (Madrid, 1973) hizo las maletas y viajó a Nashville para facturar, junto al productor Brad Jones, «Daiquiri Blues» (Last Tour Records, 2009), elegante y sereno trabajo de raíz americana que presenta, en doble cita, en el elegante Kafe Antzokia.

El blues se presenta frío y triste, mientras que el daiquiri se ve con calor y color. ¿«Daiquiri Blues»?

Sí, es un poco así. La palabra daiquiri evoca el paraíso y el blues es el infierno. Por lo que el nombre elude un poco a la melancolía que está por debajo de las cosas cuando celebramos algo y al revés, no de la alegría pero sí de la sensación placentera que tenemos en la melancolía. Las canciones tienen ese sentimiento agridulce y me gustaba cómo sonaba el título.

Un coctel melancólico grabado nada menos que en ¡Nashville!

Lo de Nashville fue un extra que vino después de contar con Brad Jones, uno de mis favoritos, para la grabación. Ha trabajado con Josh Rouse, además de con Ron Sexmith o Steve Earle como músico, y es copropietario de un estudio en la Nashville. Por lo tanto, grabamos en su estudio con músicos que residen en la ciudad de Tennessee. Para mí ha sido más definitivo trabajar con Brad que haberlo hecho en Nashville, aunque espero que el disco esté impregnado de la leyenda Nashville. Entonces se juntó, por un lado, lo de Brad, con la mítica de Nashville.

¿Cómo fue el proceso de grabar en los Estados Unidos?

Te impone mucho pensar con quién vas a grabar, si vas a estar a la altura, todo este tipo de inseguridades que tienes antes de grabar un disco. Lo pasé un poco mal el primer día a la expectativa de lo que iba a suceder. Pero ellos son unos grandes currantes y te respetan muchísimo, no te chulean nada, te trasmiten agradecimiento por que los hayas llamado para grabar en tu disco, te lo ponen muy fácil.

¿Podríamos decir que son artesanos de la música, lo viven de forma «natural»?

Sin duda. Eso es clave y es de lo que más te sorprende allí. Realmente la música, el rock, el country, el blues, el folk... es parte de su cultura de una forma real y palpable cada hora que estás en Nashville. Los músicos tienen una seriedad absoluta y no están para demostrarte lo buenos que son o lo rápido que puedan tocar, sino todo lo contrario, tratan de buscar su espacio dentro de la canción. Tocan para la canción, no para ellos.

Aquí, sin embargo, se habla mucho de que la música forma parte de la cultura popular pero realmente no es así. Hay otro tipo de estrellismo que se da mucho y que no tiene mucho que ver con la música sino con el ego mal entendido y con las inseguridades de cada cual. Allí no pierden el tiempo, aquí se pierde un poco más.

El resultado, «Daiquiri Blues», presenta un rock de raíz que suena muy americano.

Es una música que he amado desde siempre, durante toda su evolución, desde Johnny Cash hasta Steve Earle y desde The Band hasta Wilco, por nombrar dos solistas y dos bandas. Todos los músicos intentamos reproducir, sublimar o llevar a otro terreno la música que nos gusta, y en ese sentido supongo que no soy distinto a la mayoría, aunque tengo también otro tipo de influencias. En cuanto a una escena, por ejemplo aquí -además he tenido la suerte de cantar con ellos-, Bide Ertzean no sé si hacen americana pero son un grupazo y tienen unas canciones fabulosas.

De lujosa edición, el disco se acompaña de un documental.

Lo ha realizado mi socio y amigo Fernando Macayo, que también es músico. Está orientado a lo que ha sido la grabación del disco, a todo el proceso y la convivencia en Nashville. Por lo tanto, el disco complementa el dvd y viceversa. Complementa la grabación del disco en cuanto a que dice otras cosas, y puedes ver parte del proceso de grabación que se te escapa cuando sólo escuchas el disco. No sé si mi música gustará a todo el mundo, pero para el melómano con curiosidad por la grabación de un disco el dvd es muy interesante, sobre todo por Brad Jones, que habla con clarividencia y un sentido común fantástico, y por tener la suerte de ver una leyenda como Al Perkins en acción.

Hoy actúa en Kafe Antzokia. ¿Qué músicos le acompañan?

Hemos hecho cambios en la banda, a la que se incorpora el fantástico guitarrista David Soler de Barcelona -también a la steel- y un chaval de Toledo, Julián Maeso, que tocó con Sunday Drivers hace tiempo. Además, sigue mi «hermano» Jacob Reguilón, que lleva tocando conmigo desde que comencé, y se reincorpora Antonio Jurado, mi batería excepto con La Aristocracia, en la que vino Karlos Aranzegi. En directo vamos a intentar no reproducir exactamente el disco -el directo tiene que ser otra cosa-, pero síque sea un reflejo fiel de ello.

Músicos cercanos a usted.

No puedo llevar mercenarios, tiene que haber algo personal que me pellizque aparte de que sean grandes músicos, formar algo parecido a una hermandad, para que exista una conexión y una química que a la hora de tocar se transmita fuera.

Sin un éxito masivo, hoy es un artista de prestigio.

Es cierto que nunca he tenido un éxito masivo pero he crecido poco a poco lo que me ha hecho tomar las cosas con naturalidad. Me considero un obrero de la música y el éxito para mí significa hacer otro disco, salir a girar otra vez, tener nuevos temas para mostrar y seguir ilusionandome con la idea de salir a tocar.

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