11 años de cárcel para el jefe de filas de la disidencia pro-occidental china
El disidente pro-occidental más famoso de China, Liu Xiaobo, fue condenado ayer a 11 años de cárcel por «subversión del poder del Estado». Organizaciones de derechos humanos lo interpretan como un signo de endurecimiento de la posición del Gobierno de BeijingGARA |
Liu, de 53 años, fue condenado ayer a 11 de prisión como uno de los autores y promotores de la «Carta 08», un documento que apela a la apertura de un proceso «democrático» de corte occidental en el gigante asiático.
Escritor y profesor universitario, es la tercera condena que sufre este «disidente», muy famoso en Occidente. La primera vez fue sentenciado a 20 meses de cárcel por una huelga de hambre en las protestas de Tiananmen (1989) cuando era profesor de Literatura. La segunda fue la pasada década a tres años en un campo de reeducación laboral (laogai).
La nueva sentencia le priva asimismo de los derechos políticos durante dos años.
Liu compareció el miércoles ante un tribunal acusado de «subversión de los poderes del Estado» tras haberse reconocido como uno de los promotores de la iniciativa, que vio la luz el año pasado.
Período navideño
El período de las fiestas navideñas no es ajeno en China a la condena de «disidentes» como ocurrió cuando el 27 de diciembre del año pasado cuando Hu Jia, otro conocido militante pro-occidental, fue detenido y acusado también de «subversión».
Poco antes de la Navidad de 2006, el abogado defensor de los derechos humanos en China, Gao Zhisheng, fue condenado a tres años de cárcel también por «subversión».
Considerado el disidente más destacado de China, Liu fue detenido el 8 de diciembre de 2008, dos días antes de que se publicara el manifiesto con motivo del 60 aniversario de los derechos humanos
Duras críticas
Previamente al juicio, la Unión Europea (UE), EEUU y los grupos de derechos humanos denunciaron las detenciones y pidieron la liberación de Liu.
El Gobierno chino denunció estas críticas como «injerencias groseras» y reivindicó el respeto a la soberanía judicial china.
Como era de esperar, las críticas arreciaron ayer y asociaciones como Amnistía Internacional y HRW interpretaron la condena como «muy severa» y en clave de un endurecimiento de la línea oficial de Beijing respecto a la disidencia que sería visible desde la preparación de los Juegos Olímpicos.
Según AI, China ha condenado desde 2003 a 35 personas por «incitación a la subversión contra el Estado». No obstante, añadió que la pena contra Liu sería la más larga desde entonces.
El tribunal que le condenó ayer aseguró, en un comunicado remitido a Chine Nouvelle, que siguió «estrictamente el procedimiento judicial en este caso y ha garantizado los derechos de defensa de Liu», cuya compañera, Liu Xia, anunció que recurrirá la sentencia.
La sentencia, que podría haberse elevado a hasta 15 años de prisión, fue emitida ayer y considera probado que Liu «incitó a la subversión contra el poder estatal».
La «Carta 08», firmada inicialmente por 300 personas, tiene como modelo la Carta 77 que hizo pública un grupo de disidentes checoslovacos en los años setenta.
Hecho público el 10 de diciembre del pasado año, el documento exige elecciones de corte occidental en un país «libre, democrático y constitucional».
El documento da por constatado que «China dispone de leyes pero no de estado de derecho. Tiene una constitución pero no un gobierno constitucional. La élite en el poder sigue acentuando su perfil autoritario», añade la carta, que apela a la «separación de poderes», a una «democracia legislativa» al uso de los sistemas representativos que rigen en Occidente y a una «justicia independiente».
La misiva, que cuenta con apoyos de personalidades occidentales, apuesta por el establecimiento en China de una «república federada» con la que, asegura, que protegerían a las minorías.
Finalmente, exige la creación de una Comisión de la Verdad como la que se creó en Sudáfrica para arrojar luz sobre las últimas décadas en China y, en su caso, indemnizar a las víctimas. GARA
AI mostró su temor por otros signatarios de la «Carta 08». Algunos de ellos no pudieron acudir al juicio porque fueron retenidos por la Policía en sus domicilios.