Están disparatados. Se han creído la fábula que ellos mismos idearon y ahora se comportan como niños jugando en paraísos imaginarios. Lo del discurso del rey español ha sido el acabose.

Puestos a hinchar el perro se les ha ido la mano y han acabado en el estrambote. Según medios como «Las provincias», «El Comercio», «Sur», «La Rioja», «La Voz de Cádiz» o «El Ideal de Granada», todos ellos fuentes de primera mano, «El Rey arrasa en ETB». Yo no conozco a nadie que lo viera, o sea que arrasar, lo que se dice arrasar...

Angel Expósito, director de «Abc», se sumaba alegre al despropósito: «reconozco cómo me gusta que el Rey haya arrasado en audiencia en la televisión vasca. ¡Toma ya! Más audiencia que el mismísimo Ibarretxe. ¿No quieres caldo?... pues dos tazas o, mejor dicho, que sean dos mensajes de Navidad al año que viene. Todo sea por la audiencia». Otro que piensa que nos chupamos el dedo.

Y en la crónica del vetusto rotativo de Vocento sentenciaban que «el éxito obtenido por la televisión autonómica vasca al emitir el mensaje de Navidad del Rey ha puesto de manifiesto lo equivocados que estaban los políticos nacionalistas respecto a las demandas de información de los ciudadanos vascos». Le falta decir que los bares y las calles se vaciaron de personas que corrieron a casa a atender el discurso.

Y para colmo de dislate, el editorial de «La Razón», muna mezcla de sinrazón y falseamiento de la realidad: «Al emitir por primera vez el mensaje navideño del Rey, la televisión pública vasca protagonizó en la pasada Nochebuena un síntoma más que evidencia la vuelta a la senda de la normalidad democrática que viene experimentando esta comunidad en sus diversos ámbitos desde que las urnas desalojaran a los nacionalistas del poder». No fueron las urnas, no fueron las urnas. Fue Rubalcaba con la Ley de Partidos. ¿Cuántas veces hay que repetirlo?

Y con los datos chuscos en la mano encontraban la felicidad: «Los datos avalan lo acertado de la decisión, y ponen de manifiesto, aunque a alguno le pese, que para una mayoría de vascos Don Juan Carlos sí es su Rey». Que venga y pregunte por la calle.