Sons of Rock, Grises y Love Division, ganadores en Barakaldo
3.000 euros en metálico repartió el pasado domingo el concurso Barakaldo Pop-Rock 09, más un amplificador y una guitarra Fender. Premios que se fueron, como en la lotería, a Madrid, salvo la cuña metida por Grises, quienes partieron hacia Zestoa contentos con el segundo.
Pablo CABEZA | BILBO
Un domingo 27, a las 18.00 h., con relativa resaca de las fiestas vividas no parece el mejor día ni el momento para la celebración de la final de un concurso, aunque la entrada fuese libre. Con todo, y para sorpresa de los propios grupos, que no se creían el ambiente, RockStar de Barakaldo presentaba un aspecto denso, de rollo. La sala de los grandes conciertos internacionales, a disposición de los humildes y, encima, con una sugerente media entrada. Así lo vieron también los músicos, que dieron las gracias a unos y otros espetados por el humo de la nicotina.
A la final habían llegado Midnight Road, Sons of Rock, Love Division, Colajets y Grises. Abrió tarde Midnight Road, quinteto bilbaino dedicado en carne y sangre al hard-rock de los setenta. Su actuación fue impecable, resentida quizá por la garganta del vocalista, con buen estilo, pero, en esa tarde, adolecía de falta de fuelle, posiblemente por las noches de estas fiestas. Quedaron en cuarta posición.
La tarde la continuó Colajets, otro quinteto. Con base en el rock and roll, derivan entre el hard y el rock crecido alrededor del blues duro. Poseen un repertorio resultón y directo, donde destacan los musculosos ataques a la guitarra de su solista, un músico hábil y con pegada. Al ser originarios de Barakaldo se intuía que pudiesen salir favorecidos en la batalla, pero a las 22.00 h. se sabría que deberían conformarse con el quinto puesto.
Sobre las 20.00., el escenario lo tomaron Grises, de Zestoa. A la cámara de fotos le suena el músico de la izquierda, el bajista. Sigue la cosa. Baile, descaro, peso de los teclados, pegada en las percusiones, pasado y presente. Divertidos y con posibilidades de éxito, al menos en este domingo. Fueron segundos y se sentían satisfechos: «Tocar en esta sala, con el ambiente, los 1.000 euros, el ampli, volver a tocar en fiestas de Barakaldo...», nos contaba Raúl, el ex Lin Ton Taun, nuestra cara conocida.
Madrid, al ataque
La biografía de Love Division cuenta que en el trío hay un bilbaino que ha hecho carrera entre Nueva York y Madrid y que tiene varios discos. En principio suenan como una banda forjada, con las cosas claras y el poso de una arquitectura musical sin fisuras. La apariencia es buena, pero el resultado decepcionante, pues su propuesta musical no contiene elementos que alimentes el espíritu del oyente. No hay singularidad, demostración alguna de sabiduría. Clase sí, pero ideas, muy pocas. No obstante, en el concurso quedaron terceros.
Excelente organización, porque reunir a cinco bandas más el invitado, Revólver, y resolver todas las cuestiones con diligencia y acierto no es sencillo. Todo sonó perfecto, las transiciones entre bandas fueron ágiles, los horarios cumplidos y hubo además disco de regalo a la entrada con todos los semifinalistas de la pasada edición, ganada por A-Sonica. Impecable. Otra cuestión es estar de acuerdo con el orden de puestos del concurso, pero como en la música la escala de valores de cada jurado y oyente y los sentimientos son muy subjetivos, tampoco cabe escandalizarse, ni mucho menos. Ganaron los madrileños Sons of Rock, quienes se llevaron 1.500 euros más una guitarra Fender. Con una edad media de 20 años, el cuarteto propone un repertorio entre el rock y el blues, en ocasiones apto para una concentración de moteros. Voz solista femenina, con soltura para la guitarra eléctrica solista y otro guitarra con amplia facilidad para el fraseo melódico y el sólido lucimiento.
Con ilusiones y decepciones, en Barakaldo se vivió una gran tarde de música teñida por la esperanza de cada banda, los sueños de cada uno y el contratiempo de un lugar no deseado.P. C.
