La explosión de un coche-bomba junto a una mezquita y otras dos deflagraciones en un mercado de la ciudad de Najaf dejó un saldo provisional de 15 muertos.

Situada a 150 kilómetros al sur de la capital iraquí, Najaf es junto con Kerbala una de las ciudades santas del chiísmo y hasta ahora se había visto bastante libre de atentados.

Najaf acoge a los principales ayatolahs, entre ellos a Ali al-Sistani. La Policía y el Ejército ocuparon la ciudad y sellaron todos sus accesos.

A la horca

Un tribunal del Irak ocupado condenó ayer a muerte por ahorcamiento a once personas por su implicación en el doble atentado que dejó un saldo de un centenar de muertos el pasado mes de agosto en Bagdad.

Dos de los condenados, los hermanos Mohamed y Mustapha Abbas, reconocieron su pertenencia a la sección iraquí de Al Qaeda. Ambos fueron prisioneros en el campo de detención estadounidense de Bucca, que fue clausurado en setiembre.

La Policía iraquí asegura que el campo de Bucca, por el que han pasado 100.000 detenidos desde la invasión, se convirtió en un vivero formidable para Al Qaeda.