Euroliga
El poso amargo de la duda
Singletary tuvo el tiro de la victoria y su renovación en un partido con grandes altibajos por parte vasca.
CSK MOSCÚ 84
C. LABORAL BASKONIA 83
Jon ORMAZABAL
El Baskonia regresó ayer de Moscú con el poso amargo de la duda que le dejó la ajustada derrota cosechada ante el CSKA. Porque, con la relativa importancia de la primera plaza -Olympiacos vuelve a cruzarse en el camino baskonista- lo crucial ayer era comprobar que el equipo es capaz de luchar ante los grandes del continente y tuvo el partido en sus manos, pero lo dejó escapar por esos detalles que le quedan por pulir.
Con el condicionante de que Ivanovic aprovechó el choque para tratar de meter en dinámica a jugadores llamados a ser importantes como Herrmann y Eliyahu -otro día dos hombres tan negados no hubiesen tenido tantos minutos-, como tantas otras veces ante los moscovitas, al Baskonia le faltó mayor poso y contundencia para hacerse con la victoria.
Le faltó continuidad, porque tras un comienzo magistral cimentado en el excelso acierto exterior, se desconectó alarmantemente y eso ante rivales así se paga, y caro. Pero al mismo tiempo los azulgranas tuvieron el arresto, y el baloncesto, para remontar once puntos en el último cuarto para llegar a acariciar el triunfo.
Lo hizo además con un protagonista inesperado, un Singletary cuyo futuro sigue en el aire y que pasó de no jugar en el primer tiempo a llevar el timón en el segundo. Pero en el momento cumbre al Baskonia le volvió a faltar ese poso de los grandes.
Porque su defensa no fue todo lo tensa que exige un final tan apretado en un escenario como el Sports Hall de Moscú. Falló tiros libres en momentos críticos, no cometió una falta que hubiera impedido que con 81-83 el CSKA pudiera haberse puesto por delante en el marcador a falta de siete segundos y, sobre todo, careció de «matadores» como Siskaukas, Holden y Langdon, estrellas fiables para esas jugadas sobre la bocina. En el Baskonia, Singletary la botó, se acercó al aro al paso, tiró... y el triunfo se quedó en Moscú.
De entre la valoración que Dusko Ivanovic hizo del partido, destacó sobremanera que el montenegrino reconociera que había tenido manga ancha con los minutos de algunos jugadores como Herrmann o Eliyahu que, al contrario de lo que viene siendo habitual, siguieron en cancha a pesar de cometer varios errores consecutivos. Pese a que en su filosofía el error suele estar castigado con el banquillo, el técnico baskonista justificó su cambio en que espera que esos minutos les puedan servir para que jueguen mejor en los próximos partidos, «ya que el equipo necesitará de todo» en el Top-16 que afrontarán enseguida.
También se le notó un tono bastante más relajado, sobre todo en el tono, en su valoración del partido, del que estaba bastante satisfecho, salvo, como casi siempre, en defensa. «Hemos hecho un buen partido en ataque pero nos faltó mucho en defensa, ser más consistentes porque hemos cometido mucho errores. Pero a pesar de esto tuvimos el partido ganado, se nos escapó en los tres tiros libres fallados en el último minuto y, sobre todo, en la última defensa. Pudimos hacer falta, pero dejamos solo a su mejor tirador, Trajan Langdon. Pero bueno, demostramos que podemos competir».
El montenegrino no quiso valorar el hecho de que volverán a enfrentarse a Olympiacos y destacó la dificultad del Top-16. «Tenemos que defender mucho más y ser competitivos ante los equipos que nos pueden tocar, que pueden ser tan competitivos como el CSKA o incluso más fuertes», explicó.
De lo que no quiso soltar prenda fue sobre el futuro de Singletary, que falló en el tiro decisivo.
J.O.