Las nuevas estrategias que tenían en mente los directivos y técnicos del Real Unión para lograr la permanencia se tendrán que retrasar algo más de lo deseado. Y es que, uno de los nuevos fichajes del mercado de invierno, Goran Maric, deberá permanecer entre 15 y 20 días de baja por una pequeña rotura muscular en la zona del isquiotibial.

El serbio tuvo un pinchazo en el entrenamiento del jueves al realizar un gesto, y ayer a la tarde pasó por la clínica Quirón donde se le realizó una resonancia que confirmó la rotura.

Este imprevisto trastoca los planes del técnico Iñaki Alonso, ya que el delantero serbio se perfilaba como posible titular por la ausencia de Goikoetxea por sanción. Alonso quiso dejar claro que el partido de mañana ante el Córdoba «no es una final pero sí que es muy importante», porque de vencer «se rompería una dinámica negativa».

El Unión lleva cinco partidos seguidos sin ganar, por lo que el vizcaino no dudó en señalar que están siendo unas semanas «duras». No obstante, se mostró convencido de salir de la zona de descenso, porque ve a la plantilla «bien de ánimo».

En cuanto al rival de mañana, Alonso cosideró al Córdoba como un «rival complicado» que «está muy trabajado», tras lo que destacó que «junta muy bien las líneas, hace una buena presión y tiene nivel alto de estrategia». Unas características que le recuerdan al Nástic: «Nosotros en casa hemos ganado al Nástic, el mejor visitante, así que podemos superar a uno de los equipos más tácticos de la categoría».

Los unionistas contarán a partir de ahora con un nuevo jugador, Lacruz. Para el técnico, el defensa navarro «es un jugador de equipo que va a aportar muchísimo al vestuario» y «va a ofrecer mucha polivalencia porque puede jugar en cualquiera de las posiciones de atrás».

Un Unión «difícil de batir»

A causa de la llegada de Lacruz y otro posible refuerzo, el club ha dado de baja a Larrainzar y Agirre. Según Alonso, seguiría con ellos «hasta final de temporada», pero «es momento de tomar decisiones con la cabeza y no con el corazón para intentar cambiar cosas».

Por otro lado, Lucas Alcaraz, técnico del Córdoba, espera un encuentro que «va a exigir que cada segundo sea fundamental» y se refirió al Real Unión como «un equipo que cambia mucho su fisonomía de dentro a fuera, porque su estadio tiene unas dimensiones más reducidas de lo habitual dentro de la categoría».

El delantero del Córdoba Pepe Díaz, por su parte, espera a un cuadro irundarra al estilo vasco, «aguerrido y difícil de batir».