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Catástrofe en Haití

Primeras estimaciones de la tragedia

El Gobierno de Haití y las diferentes organizaciones han empezado a arrojar las primeras cifras de la catástrofe, sin precedentes en el país caribeño. Advierten de que estas estimaciones son «extremadamente parciales», porque los equipos de rescate no han hecho más que empezar con su trabajo, y que el cómputo global del desastre humanitario alcanzará niveles todavía más trágicos.

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140.000

FALECIDOS: El Gobierno de Haití anunció que la cifra de fallecidos en el terremoto podría ascender a 140.000 y la de heridos alcanzar los 250.000. La Organización Panamericana de la Salud estimó que el número de muertos podría estar entre 50.000 y 100.000.

1,5 millones

SIN TECHO: El ministro de Salud de Haití Alex Larsen calculó que cerca de 1,5 millones de haitianos se han quedado sin hogar. Un total de 3,5 millones de personas vivía en áreas devastadas por el seísmo.

 40.000

CERPOS ENTERRADOS: El secretario de Estado de Seguridad Pública, Aramick Louis informó que hasta ayer habían enterrado 40.000 cuerpos. El primer ministro, Jean-Max Bellerive, adelantó que es un balance «extremadamente parcial». «Nos hemos limitado a recoger los cadáveres que estaban en las aceras, pero aún hay miles bajo los escombros», señaló en una rueda de prensa con el secretario de Cooperación francés Alain Joyandet.

1 de cada 10

CASAS DESTRUIDAS: Según las primeras estimaciones de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, 1 de cada 10 casas han quedado destruidas en Puerto Príncipe. Otra fuente de este organismo calcula que el 30% de los edificios de la capital y sus alrededores se han venido abajo o han sufrido importantes daños en su estructura.

50% 

DE DESTRUCCIÓN: Tras un vuelo de reconocimiento, la misión de la ONU ha asegurado que en algunas áreas circundantes a la capital, la destrucción alcanza el 50%.

 268,5

MILLONES DE DÓLARES: Es la cantidad que ha ofrecido la comunidad internacional. La ONU anunció que lanzará un llamamiento para recolectar 560 millones de dólares. La portavoz del Programa Mundial de Alimentos, Emilia Casella, informó que 6.000 toneladas de alimentos fueron recuperados de una bodega desvencijada del barrio Cite Soleil y que las galletas, alimentos listos para comer y otros suministros serán distribuidos en breve.

 

Los riesgos sanitarios de un país devastado

La tarea sanitaria más urgente.

Los expertos coinciden en que lo más urgente es sacar a los supervivientes de los escombros y dar atención médica a los heridos. Inmediatamente después, la prioridad es dar albergue y alimento a los supervivientes. «Cuanto más rápidamente se puedan tener albergues, agua y alimentos, menos enfermedades habrá», afirma la doctora Brigitte Vasset, de Médicos Sin Fronteras.

Las heridas más frecuentes.

Las heridas más frecuentes que deben atender los médicos en este tipo de situaciones son el síndrome de aplastamiento. Se trata de la comprensión de la masa muscular bajo el peso de los escombros, sobre todo en las piernas, lo que hace que, tras el rescate, las toxinas acumuladas se expandan en el organismo y exigen un trabajo excesivo de los riñones, pudiendo provocar una insuficiencia renal aguda.

Las posibles enfermedades.

En el capítulo de las enfermedades que pueden desencadenarse figuran las transmitidas por el agua contaminada y, sobre todo, las diarreas. «Disentería, diarrea, paludismo, cólera, tuberculosis y otras infecciones respiratorias severas estaban ya presentes en el país», resalta Paul Garwood, de la OMS. «Si los niños no están vacunados contra el sarampión, hay un riesgo de epidemia», acota Vasset.

Por lo demás, «el hecho de carecer de techo puede ampliar los problemas de salud. El frío puede ocasionar neumonías y la privación de alimento hace que las personas sean más sensibles a las infecciones», explican.

«Los niños son siempre la población más frágil, sobre todo los de menos de cinco años años», recuerdan. Tamman Aloudat, de Creciente Rojo, resalta que los pacientes con enfermedades crónicas -cáncer, diabetes, sida...- han perdido sus medicamentos y no están recibiendo el tratamiento adecuado.

Las secuelas sicológicas.

«Los supervivientes presentan una tensión extrema por la pérdida de sus familiares, de sus bienes y por ver semejante panorama de desolación», indica Aloudat, que incide en la importancia de enviar siquiatras a la zona.

¿Son los cadáveres una amenaza para la población?

«Después de una catástrofe natural, los cadáveres no transmiten enfermedades», explica Vasset. «No es la catástrofe lo que va a crear epidemias, sino el agrupamiento de la población, especialmente en un país donde el sistema de salud y, en particular, la prevención no está en buen estado», dice.

El agua potable, una prioridad.

Los expertos coinciden en que el agua potable es una prioridad. La OMS va a enviar especialistas para ocuparse de ello. «Antes del seísmo, sólo un haitiano de cada dos tenía acceso al agua potable y el 19% de la población disponía de sanitarios», recuerda Garwood. «Se necesitan soluciones de urgencia -cisternas, distribución con camiones...- antes de reconstruir», añade Vasset, señalando que «son caras, pero las hay».

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