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Catástrofe en Haití

Munilla dice que a los muertos «Dios les ha prometido la felicidad eterna»

La incontinencia verbal ha jugado una mala pasada al obispo de Donostia, que, en una entrevista radiofónica, manifestó que «existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días». Tras hablar de distorsión de sus palabras, José Ignacio Munilla añadió ayer que a las víctimas mortales «Dios les ha prometido la felicidad eterna».

Agustín GOIKOETXEA | BILBO

Hubo entre los defensores del nombramiento de José Ignacio Munilla como obispo de Donostia quienes argumentaron que el prelado ultraconservador fortalecería la Iglesia guipuzcoana. La primera polémica, relacionada con el terremoto de Haití, en la que se ha visto envuelto a seis días de ser consagrado en la catedral del Buen Pastor no aventura nada parecido y atisba que su mandato con tal locuacidad será, al menos, estrambótico aun sin conocer qué piensa de los Carnavales o de otras fiestas paganas tan asentadas en Euskal Herria.

Fue en una entrevista realizada el jueves en el programa ``La Ventana'' de la Cadena Ser, donde Munilla dijo, sin ningún rubor, que «aunque parezca fuerte lo que voy a decir, existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días». El revuelo mediático provocado fue de órdago, hasta para quienes le tienen como el paladín de la «reconquista» española de las diócesis vascas. Las peticiones de aclaración al prelado no se hicieron esperar desde diferentes ámbitos de la política y de la sociedad.

Ayer, a través de un comunicado, el también administrador apostólico de Palencia acusó a los medios de comunicación -especialmente a la agencia Efe, aunque no la cita- de «distorsionar y manipular» sus palabras sobre la catástrofe, al difundir un titular «injusto y extraído con fórceps de una pregunta teológica».

Amigo de las palabras, fue más allá en su reflexión, sin ser consciente de que, en su intento por salir lo mejor parado de la que había armado en unos días en que la humanidad está consternada por la dimensión de la tragedia haitiana, se iba a meter de lleno en otro cenagal. Quienes apuestan por aplicar el silencio a las voces disonantes de la Iglesia católica debieran tenerlo también en cuenta.

Dispuesto a defender la existencia de Dios «ante el sufrimiento de tantos inocentes», el prelado donostiarra explicó que «el mal que sufren esos inocentes no tiene la última palabra, porque Dios les ha prometido la felicidad eterna».

Salir del enredo

Para tratar de salir del enredo que él estaba tejiendo en su comunicado por escrito, Munilla apostilló que «en ese contexto, utilicé la expresión `existen males mayores', refiriéndome explícitamente a otro tipo de mal, al `pecado' de quienes vivimos en los países ricos y somos cómplices de una opulencia insolidaria hacia los pobres. Como es obvio, yo estaba hablando en un plano teológico dando respuesta a una pregunta de índole teológica».

Además, anunció que Cáritas de Gipuzkoa ha enviado 100.000 euros para los damnificados, a la vez que propuso que el Día de San Sebastián tenga «una austeridad solidaria en favor de los que están sufriendo en aquel país».

Los obispos vascos se han destacado por no ser amigos de las polémicas mediáticas, al contrario que su nuevo compañero. Ayer no hubo pronunciamiento del resto de prelados en activo, sí de otro, el arzobispo emérito de Iruñea, Fernando Sebastián, conocido por sus poses con tricornio y posiones ultramontanas, que defendió la línea de Munilla, aunque sin referencia al terremoto de Haití. «La Iglesia tiene sus propias fuentes, sus propios métodos, sus propios objetivos» y «no puede someterse a ninguna ideología», señaló el arzobispo jubilado.

La pregunta

El comentario del periodista de la Cadena Ser: «Esta mañana en su programa de Radio María algún oyente le preguntaba sobre este tema [la tragedia de Haití], la perplejidad en la que se sumen los católicos cuando se preguntan por qué Dios permite estas calamidades».

La respuesta

Así contestó Munilla: «(...) una pregunta que todos llevamos dentro de nosotros: si existe Dios, por qué existe también el mal. A veces parece que el mal se ceba en los más inocentes. He querido recordar cómo Jesucristo (...) también fue injustamente perseguido e injustamente condenado a muerte. Y la respuesta que le he dado a esa oyente es que, desde luego, si el mal tuviese la última palabra, sería incompatible con la existencia de Dios, pero creemos firmemente en que el mal no tiene la última palabra, creemos firmemente en que Dios nos ofrece una felicidad eterna y creo que existen males mayores, aunque parezca fuerte lo que voy a decir, existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días (...)».

López y Oyarzábal coinciden en censurar las palabras

El lehendakari, Patxi López, reclamó ayer al obispo de Donostia que aclare sus declaraciones sobre la catástrofe de Haití, ya que estimó que «son unas palabras tan incomprensibles que, aunque estuviera dentro de una entrevista más espiritual que otra cosa, están tan lejos de la realidad y de ese humanismo que tiene que tener el cristianismo que estoy convencido de que hoy tendrá que salir a rectificarlas».

Para el inquilino de Ajuria Enea, resulta «incomprensible para una persona» que ante «ese drama humano, tremendo, que está viviendo esa zona tan pobre ya de por sí» Munilla dejara «a un lado» el asunto «para hablar de no sé qué problemas de espiritualidad». «Que no a todo el mundo nos llega», puntualizó.

Quien también terció en la polémica generada por José Ignacio Munilla fue el secretario general del PP en la CAV, Iñaki Oyarzábal, que aseguró que las declaraciones del prelado fueron «poco afortunadas». El político alavés le pidió «prudencia», recordándole que «cualquier cosa que pueda hacer o decir está en ese momento analizada con lupa y tiene mucha proyección mediática».

A.G.

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