La Audiencia Nacional española abordará, desde hoy y previsiblemente hasta el viernes, el juicio contra cinco ciudadanos vascos a los que acusa de «enaltecimiento del terrorismo» y «reunión ilícita» por participar en un acto en denuncia de la situación del preso político Joxe Mari Sagardui, Gatza. No obstante, dos de los imputados, Jon Enparantza y Estanis Etxaburu, no se sentarán en el banquillo de los acusados; «no, al menos, por nuestra propia voluntad», como dieron a conocer ayer en rueda de prensa.

Ambos entienden que no deben ninguna aclaración sobre la actuación pública y política que desarrollan, al mismo tiempo que consideran que el tribunal especial español no «tiene legitimidad alguna para juzgar a ciudadanos vascos». «No seremos nosotros los que le otorguen esa legitimidad al tribunal especial», apostillaron.

Arropados por varios ex presos políticos que, a su vez, han sido compañeros de Gatza, los dos imputados desgranaron las pormenores que les ha llevado a tomar esta decisión. Según apuntó el abogado donostiarra, «no tenemos nada que esconder», por lo que convocaron a los medios para dar cuenta de todo ello.

Etxaburu, por su parte, destacó que con esta negativa a acudir pretenden decir «no a la Audiencia Nacional». Aclaró que «hay miles de formas» de mostrar esa negativa y que todas son «igual de legítimas». Cabe destacar que también se negaron a acudir a la primera toma de declaración en torno a esta causa, en octubre del 2006, por lo que ambos fueros arrestados y trasladados a Madrid.

A juicio de Etxaburu y Enparantza, la Audiencia Nacional es «el núcleo de la represión y de la crueldad convertidas en ley», ya que, más allá de tomar declaración, juzgar y dictar sentencias, también controla las condiciones de vida en prisión de los represaliados políticos vascos. En este sentido, trajeron a colación desde la aplicación de la dispersión hasta la doctrina de Tribunal Supremo que «implanta en la práctica la cadena perpetua», así como los cacheos y las «vejaciones» a los que quieren someter a los familiares.

Etxaburu recordó que, justamente, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria tiene su sede en este tribunal, que considera la «casa de la justicia española que implanta una verdadera injusticia contra los ciudadanos y la misma Euskal Herria».

El preso más antiguo

Etxaburu y Enparantza, junto a Arnaldo Otegi, Josune Irakulis e Ixiar Galardi están acusados de participar en un acto celebrado en julio de 2005, que exigió la puesta en libertad de Sagardui, el prisionero político de todo Europa que más años lleva encarcelado. Cinco años después, tal y como recordaron, Gatza continúa aún en prisión pese a que desde 1995 cuenta con las tres cuartas partes de la condena cumplida.