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Obama retoma la épica del cambio y centra su agenda en la economía

El inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, marcó una agenda para 2010 y 2011 basada, por este orden, en la lucha contra el desempleo y contra el déficit público. No obstante, reiteró su apuesta por el cambio y criticó tanto la política de bloqueo republicana como el miedo de sus correligionarios demócratas. «No abandonaré. Hay que aprovechar este momento para volver a arrancar, para hacer avanzar el sueño y reforzar una vez más nuestra Unión», sentenció.

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Dabid LAZKANOITURBURU

Barack Obama puso la economía, en concreto el desempleo, en el centro de la acción del ecuador de su legislatura aunque volvió a reeditar el tono combativo que le llevó a la Casa Blanca hace poco más de un año.

En su primer discurso sobre el estado de la Unión, el presidente justificó sus impopulares medidas de rescate -las comparó irónicamente con la visita al dentista- asegurando que, con ellas, habría impedido a EEUU caer en una gran depresión comparable a la de los años 30.

Anunció, a renglón seguido, medidas a favor del empleo, «nuestra primera prioridad en 2010». Con una tasa de paro (más del 10%) que nunca han conocido los estadounidenses nacidos después de 1982, Obama exigió una ley de apoyo al empleo «en mi despacho y sin demora» y propuso destinar 30.000 millones de dólares sobre los fondos del plan de rescate reembolsados por Wall Street para permitir que los bancos locales concedan créditos a las pyme, cuyos empleados son los grandes paganos de la crisis.

Año electoral crucial

Estas y otras medidas de fomento de la contratación se justifican en el contexto del año electoral en EEUU, con las elecciones de medio mandato en el mes de noviembre. Ello explica que Obama anunciara que posterga ya para el ejercicio 2011 su otro gran proyecto económico, la reducción del déficit presupuestario, que alcanzará este año la friolera de 1,35 billones de dólares en un país en el que la deuda pública supone el 80% del PIB.

Eso sí, Obama anunció la creación por decreto de una comisión encargada de reabsorber el el déficit. Todo un guiño a las clases medias recelosas de todo lo que suene a gasto y, a la vez, un aviso a los republicanos, que bloquearon el martes pasado con su nueva minoría cualificada en el Senado su propuesta, de que está dispuesto a legislar por decreto para sortear sus anunciados vetos.

Al mismo tiempo, confirmó su intención de congelar a partir de 2011 todas las partidas presupuestarias a excepción de las relativas a Defensa y Seguridad Nacional, pensiones y ayudas sociales.

Las cuestiones internas estuvieron en el centro de su discurso. Hubo que esperar a que pronunciara 5.700 palabras y 50 minutos para oírle abordar sucintamente cuestiones como la afgana o la iraní.

«Políticos de Washington»

Obama aseguró, eso sí, que no abandonará su promesa de reforma de la asistencia -o inasistencia- sanitaria e instó, asimismo, al Congreso a legislar sobre otro de sus proyectos-faro, la lucha contra el cambio climático. En este sentido, instó a los republicanos a cesar en un bloqueo que tildó de «electoralista».

Tampoco se olvidó de las reticencias en su propio campo. «Recuerdo a los demócratas que aún tenemos la mayor mayoría de los últimos decenios y que la gente nos exige que resolvamos los problemas, no que cedamos al pánico (...) Nunca dije que el cambio iba a ser fácil ni que podría hacerlo yo solo», añadió.

«Los responsables políticos pueden jugar la carta de la prodencia y evitar decir las verdades que duelen (...) Es muy fácil hacer lo necesario para mantener la cota de popularidad y sobrevivir a la próxima elección en lugar de hacer lo que se necesita para las generaciones futuras», advirtió, en un tono combativo y apocalíptico.

política interna

Salvo tardías, escasas y sucintas referencias a Irak, Irán o Afganistán, Obama centró su discurso en cuestiones domésticas, como respuesta a los últimos fiascos electorales de los demócratas.

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